CANCÚN.- La crisis de violencia que afecta a Cancún tuvo un nuevo episodio trágico este domingo, cuando fue encontrado el cuerpo de un joven de 16 años en la región 107, cerca del fraccionamiento Paraíso Maya.
El hallazgo fue realizado por vendedores ambulantes que circulaban por la avenida La Playa y la calle Arrecife, quienes alertaron a las autoridades tras descubrir el cadáver.
El joven, identificado como Elian Josmar O. R., presentaba signos de tortura, múltiples impactos de bala y estaba maniatado.
Cerca del cuerpo se localizó un mensaje escrito en una cartulina verde fosforescente, presuntamente vinculado a grupos delictivos.
La leyenda, “Ahora va la nuestra”, sugiere que el asesinato podría estar relacionado con ajustes de cuentas entre organizaciones criminales.
La víctima, según datos preliminares proporcionados por conocidos, padecía cáncer, lo que ha generado conmoción entre la comunidad local.
Este detalle humaniza un caso que, aunque forma parte de una ola de violencia que afecta a la región, destaca por el impacto emocional que representa la pérdida de un menor de edad en circunstancias tan brutales.
Autoridades de la Fiscalía General del Estado acudieron al lugar para recabar pruebas y realizar el levantamiento del cuerpo, abriendo una carpeta de investigación para esclarecer los hechos. Hasta el momento, no se han reportado detenciones vinculadas al caso.
Este incidente evidencia la creciente tensión en Cancún, donde los enfrentamientos entre células criminales han incrementado el número de homicidios en las últimas semanas.
A pesar de los esfuerzos gubernamentales por contener la violencia, la percepción de inseguridad sigue siendo alta entre los ciudadanos, quienes exigen acciones más contundentes y eficaces.
El caso de Elian no solo es un recordatorio de las vidas truncadas por la violencia, sino también un llamado urgente a las autoridades para implementar estrategias que protejan a los sectores más vulnerables de la población.
Mientras tanto, la comunidad de Cancún vive entre el miedo y la esperanza de que, algún día, la seguridad regrese a sus calles.