Minneapolis, Minnesota.- Pablo estaba ahí, ondeando la bandera, orgulloso, firme. Hace poco más de una década cruzó la frontera para completar el llamado Sueño Americano y, al menos para él, éste fue valedero.
El Mall of America, icónico y simbólico en este Super Bowl LII, fue el escenario al alcance de este paisano citadino para ser parte de toda esta parafernalia que alude a un tal domingo diferente.
Los dólares y la demanda le impidieron ser parte más activa del duelo por el campeonato de la NFL entre los Filadelfia Eagles y los New England Patriots, además sin los Minnesota Vikings, ya no sería lo mismo. Nada volvió a ser igual.
Y es que todo está claro, la fiesta púrpura fue agüitada por los hoy Campeones de la Conferencia Nacional, de ahí que la añoranza porque el gran evento fuera genuino y auténtico de casa, se mantuvo todo el tiempo, aunque igual se diluyó de tajo hace un par de semanas.
“Le voy a los Patriotas de Nueva Inglaterra, porque Filadelfia eliminó a nuestros Vikingos”.
Alejado de su nación, que es pambolera por naturaleza, tuvo que adoptar otro deporte y otros colores, optó por los que visten de morado.
“Va a ganar Nueva Inglaterra 27-7”, aseguró, porque hoy todo lo que huele a Eagles es non grato de este lado del vecino del norte.
Pablo trabaja en una importante compañía de Estados Unidos. “A mí me tratan muy bien”, contó a Grupo Cantón, y de paso se dio vuelo durante la transmisión en vivo, para saludar a toda su familia que se quedó en México, porque el sueño de ésta se mantuvo en territorio tricolor.
Rodrigo Mojica
@Rodrigol_Brasil
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