La ex esgrimista María del Pilar Roldán Tapia pasó a la historia del deporte mexicano al convertirse en la primera mujer de nuestro país en ganar una medalla en Juegos Olímpicos, cuando en “México 68” se colgó la presea de plata.
A casi medio siglo de esa proeza, la capitalina para con Quintana Roo Hoy cómo la literatura de Alejandro Dumas la llevó al “deporte elegante” y cómo aquel 20 de octubre de 1968 logró el triunfo más importante en su carrera y la afición se le entregó en la Sala de Armas de la Magdalena Mixhuca.
“Todo comenzó como un juego, nada más que quien lo protagonizaban aquí era una niña y no un niño. Esa niña era yo. Tenía como 10 años y había descubierto algo que me cambiaría la vida: Los Tres Mosqueteros”, expresa.
“Primero leí la obra de Alejandro Dumas, después vi aquella inolvidable película y entonces nació en mí una pasión desmedida por la esgrima”, apunta Roldán Tapia en su residencia en Puerto Aventuras, a 15 minutos de Playa del Carmen.
Tras hojear el libro de “México 68”, señaló que poco a poco fue eliminando a sus rivales avanzando hasta la final junto a las soviéticas Novikova y Gorokhova, la húngara Rejto, la francesa Gapais y la sueca Palme, perdiendo sus dos combates iniciales, ante Novikova y Rejto, y luego, venciendo a Gorokhova y a Gapais, faltándole todavía su duelo ante la sueca Palme.
“La que resultara ganadora en el combate entre la sueca Palme y yo podía llevarse la medalla de bronce o inclusive la de plata si finalizáramos con buena diferencia entre toques dados y recibidos. Yo conocía a mi rival y además contaba con el apoyo de la afición mexicana que se me entregó”, asegura Roldán Tapia quien se emociona como si aún estuviera en la pista de combate.
“Con un rápido desplazamiento, ella se anotó el primer toque. Pero me serené y después hice mía la ventaja, con dos toques consecutivos. Las acciones se tornaron muy parejas y de repente, Palme logró el empate. La gente gritaba en las gradas. Yo sentía que no podía defraudar a mis compatriotas. Habían pasado cinco minutos hasta que, por fin, logré el toque de la victoria”, narra.
La soviética Novikova era la campeona al ganar el oro, con cuatro victorias, una derrota, 19 toques a favor y 11 en contra, mientras que Roldán y la húngara Rejto, campeona olímpica en Tokio, cuatro años antes, empataron con tres victorias y dos derrotas,;sin embargo, la medalla de plata sería para la mexicana por su mejor diferencia entre toques dados y recibidos: 17-14 contra 14-16.
Pilar dice que después de la medalla, se alejó de la esgrima por 15 años, debido a que tenía que entregarse a su familia, “tenía dos hijos chicos, y después vino mi hija, no podía dejarlos”.
Añade que luego de ese tiempo, regresó a la esgrima, pero ya no en florete, sino a la espada, en donde también consiguió resultados importantes en Juegos Centroamericanos y Panamericanos.
Además, expone que “fui presidenta de la Federación Mexicana, de la Confederación Panamericana y miembro de la Federación Internacional en donde estuve 16 años hasta que en el año 2000 decidí retirarme”.
Pilar Roldán agrega que la esgrima lo es todo, más allá de que le dio la oportunidad de ser medallista olímpica, porque “fue algo importante en mi vida, fueron logros que tuve, porque a los 14 años de edad, gané mi primer Nacional y dos veces fui monarca panamericana”.(Pedro TorresTQuintana Roo Hoy)