Violencia en el noviazgo en Quintana Roo: una alerta que la ley ya reconoce, pero aún falta atender
En Quintana Roo, la violencia en el noviazgo se ha convertido en un fenómeno cada vez más visible en escuelas, ministerios públicos y juzgados. Aunque muchas veces se piensa que este tipo de violencia se limita a parejas adultas, la realidad estatal muestra que adolescentes y jóvenes están viviendo relaciones marcadas por el control, los celos y la agresión. Y lo más preocupante: pocas veces se denuncia.
El marco jurídico local ya contempla herramientas para atender estos casos. La Ley de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia del Estado de Quintana Roo reconoce la violencia psicológica, física, sexual, económica y digital, modalidades que suelen presentarse también dentro de relaciones de noviazgo. Además, el delito de violencia familiar, aunque tradicionalmente asociado al ámbito doméstico, ha sido interpretado por jueces y fiscales para incluir parejas sin convivencia cuando existe una relación afectiva estable. A esto se suma la reciente atención a la violencia digital, particularmente relevante en un estado con alto uso de redes sociales entre jóvenes.
Sin embargo, el reto no está solo en la ley, sino en la identificación temprana. Muchos jóvenes en Quintana Roo normalizan conductas como la revisión del celular, los celos “protectores”, o el aislamiento de amistades. Cuando aparecen las amenazas o los golpes, la víctima ya se encuentra atrapada en una dinámica de dependencia emocional que dificulta acudir a una Fiscalía Especializada en Delitos contra la Mujer y por Razones de Género, o solicitar medidas de protección.
Las instituciones estatales han incrementado campañas en escuelas y universidades, pero aún existe un rezago claro en prevención. Municipios como Benito Juárez, Solidaridad y Othón P. Blanco reportan más solicitudes de apoyo psicológico y jurídico entre jóvenes, señal de que el fenómeno no es aislado. Se requiere mayor presencia de personal capacitado, atención inmediata y protocolos que permitan activar medidas de protección incluso sin denuncia formal, como la ley ya permite.
La violencia en el noviazgo es una puerta de entrada a agresiones más graves. Nombrarla, reconocerla y denunciarla es indispensable para prevenir feminicidios y lesiones que podrían evitarse. En un estado tan joven como Quintana Roo, cuidar a quienes inician sus primeras relaciones afectivas es una obligación jurídica, institucional y social.