#VenaCava
Estoicismo para la clase política.
La uniformidad en la que se logró mantener la disciplina política dentro del nuevo orden de la 4T para aterrizar obras faraónicas como el Tren Maya, Dos Bocas y el AIFA entre otras más fue gracias a que para bien o mal el liderazgo de AMLO convocó esos actos casi marciales.
Hoy, la actuación de la Presidenta Claudia Sheinbaum son ante el escenario del mundo, es la de una mujer ejemplar y para reforzarlo su reciente reconocimiento por la revista Forbes como la cuarta Mujer Más Poderosa en el mundo.
Sin más, desde el discurso hasta la indumentaria es de sobriedad, templanza y de acciones concretas. Una mujer que después de manejar a la mayoría a favor de los Legisladores y Senado es práctica y directa. Amamos esa agilidad discursiva y de resolución. Un sí o un No. Prosigue a explicar los porqués de esas decisiones tomadas y siempre abierta al diálogo de los inconformes. Pero la suerte ya está echada con ella.
No obstante, los mismos diputados y senadores de la propia casa, es decir, del partido político gobernante, muestran una contrariedad e indicios de protagonismo, fastidio, hartazgo e incluso, abuso de poder.
El discurso de la austeridad lo confunden mendicidad ciudadana y pertenecer a una clase lo confunden con elitismo, algo que justamente va en contra del ideal transformador.
Pero lo que resulta dispar ante los ojos de la ciudadanía es que el empoderamiento de las mujeres no va del todo con la conciencia de la masculinidad sana, cuando precisamente entre hombres emblemáticos de la política, terminan queriendo dar soluciones a golpe limpio en la calle. No, no y no.
El estoicismo es el autodominio de pasiones y carácter, donde todas las virtudes humanas sobresalen y justifican el porqué a ellos y no otros se les da la confianza y el poder de gobernarnos.
Estoicismo es austeridad de comportamiento, de vestimenta y de palabras. Elegancia sin agredir o ser ostentosos y menos usar las tribunas legislativas como rings de hombría. Ahí no es el circo, quede claro.
Estoicismo es madurez. Claudia lo destaca, esperemos también los demás.
