Aunque para muchos, las medidas de Donald Trump son arrebatos delirantes de poder y control, para otros es totalmente coherente y necesario.
El crimen organizado llegó a tales escalas que resultaba más atractivo ese modus vivendi que una profesión académica “digna”. Y es que dicho sea de paso, hasta el taquero o vendedor de hotdogs tenían que pagar derecho de piso, extorsiones e incluso, cerrar y huir por miedo a ser acreedores de ajustes de cuentas.
Lo que hace Trump en cierto modo, desde la filosofía alemana de la política es el llamado Monopolio de la violencia, reestructurando lo que todos con un arma, un cartel criminal famoso y una lucrativa ganancia por el tráfico de toda índole, respaldaba la impunidad e incluso, sobre el Estado y el gobierno.
Algunos analistas aseguran que Trump no va sobre las drogas, otros que detesta a los n4arcos, otros aseguran que el alcoholismo de su hermano lo dejó traumado y por eso ni el alcohol puede ver.
Y no, o sí a todo, pero lo que es cierto es que no se puede tener tantas “cabezas” al mando criminal que sea imposible también negociar, pactar y mantener el orden de las fuerzas opositoras del bien común.
México, si entendiese esta postura y lo hubiera hecho previamente atajando de inmediato los grupos delictivos sin permisividad o contubernio, no tendría que estar a disposición de las enmiendas estadounidenses ni ser vistos como los malos de la película por gente que moralmente tampoco debieran acusar.
Pero por esa gente que ha perdido todo a manos de crimen sin deberla ni temerla, merece justicia e irónicamente que otro la tome en sus manos para llamar al criminal con todas sus letras como “terroristas” es el grado de la negligencia donde se dejó avanzar la porosidad social mexicana.
Y no, con esto no va a desaparecer ni el crimen ni el adicto ni la droga por un decreto ni menos porque lo pida EEUU, solo el dinero llegará a otras manos y para eso tienen que cerrar válvulas de quienes fácilmente se han aprovechado del nombre delincuencial para pescar en rio revuelto.
Se culpa a México de todo mal pero podemos hacer todo bien. Seamos justos.
