#VenaCava
Cuando el fin no justifica los medios al incompetente.
Por Karla Russell
Es muy común debatir en charlas si por algún acto incorrecto o anti ético de algunas personas -principalmente líderes- las obras consumadas de bien común deben ser igual de juzgadas como malas.
Ejemplo, las presas construidas en el gobierno de Francisco Franco -líder fascista y autoritario en España- que al día de hoy, casi 60 años después de su muerte, son tema de debate por la devastadora inundación de la ciudad Valencia, que al quedarse sin presas, vivió lo que nunca imaginó en su historia moderna. El gobierno actual español ha decidió eliminar todo vestigio franquista como un acto de justicia memorial pero nunca imaginó que detrás de todo lo malo había algo bueno para la sociedad.
El adagio « no hay mal que por bien no venga » aplica en esta ocasión y tal vez siempre si somos cautos en lugar de fanáticos. Es cierto que los fenómenos del cambio climático influyen mucho y ante ello, dependemos más de lo que la ciencia y tecnología pueda hacer para solvaguardar la vida.
Pero actuar como políticos demagogos, con discursos de odio y sin fundamentos modernos, ya no va en este siglo XXI.
Maquiavelo nos dejó la enseñanza que el fin justifica los medios y para ser líderes aún no lo han entendido. Es como dejar de usar la penicilina porque en el laboratorio fallecieron animales en el intento de la cura o dejar de pasteurizar la leche porque también hubo animales sacrificados o bien, dejar de lavarse las manos porque antes de descubrir los gérmenes, muchas mujeres embarazadas fallecieron por médicos que no se desinfectaban sus manos después de practicar autopsias.
Tantita ciencia o tantita política, cualquiera de las dos cosas que los haga menos incompetentes puede ser un fin de todo gobernante, mínimo.