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28 marzo, 2024

Lo que bien se dice... bien se entiende

Tiempos y circunstancias

Recuerdo la anécdota de un amigo que, en la boda de su hijo, al hacer uso de la palabra y referirse a las anécdotas y travesuras de Alex, durante su infancia, y ante una audiencia expectante, comentó que en un examen de Taekwondo, hubo varios niños que no lograron romper la tabla y dentro de ellos estaba su hijo, el cual sabía que no le agradaba mucho esa actividad y solo iba por cumplir; sin embargo, el instructor entre el bullicio que había de los acompañantes y alumnos, ofreció una segunda oportunidad, pidiendo que levantara la mano el niño que deseara pasar otra vez y ante la falta de voluntarios, repitió en voz alta, nadie quiere levantar la mano y de inmediato, su hijo levanta la mano, lo hacen pasar a una segunda oportunidad y tampoco logra romper la tabla, pero por intentarlo, le dieron su constancia.

Ya de regreso a su casa, el papá le preguntó, oye hijo, ¿Por qué levantaste la mano? Y Alex le respondió, no entendí lo que dijo el instructor, había mucho ruido y solo alcancé a oír que levantáramos la mano y eso hice.

¿Será acaso que suceda esta misma situación en otras circunstancias y en estos tiempos? Porque si de levantar la mano se trata, muchas decisiones en la vida se toman así, levantando la mano, pero a diferencia del caso de Alex, que asumió de manera personal y directa la decisión de levantar la mano a pesar de no saber de qué se trataba, en otros asuntos, podrían involucrarse a terceras personas o decisiones de mucha trascendencia.

Casos como puestos de elección popular, de órganos de gobierno u organismos no gubernamentales, como podría ser, un cuerpo cabildear, un congreso local, congreso de la unión, las y los integrantes de un consejo consultivo o de un órgano electoral en los diferentes niveles, entre muchos otros más; se imaginan la gran responsabilidad de la toma de decisiones que se tiene al levantar la mano, sea para aprobar o no, alguna iniciativa o propuesta, y miren que el bullicio en el que se vive en este mundo tan acelerado, no justificaría jamás una respuesta como la de Alex, sin embargo pasa más seguido de lo que nos imaginamos.

Lo importante en la vida no es solo estar, lo más importante es el ser, saber y saber hacer, características de ser competentes para alguna actividad o función y sin duda alguna influyen los tiempos y las circunstancias, las cuales no siempre son casualidad, sino deberían ser causalidad, lo cual implica preparación constante y atención plena del aquí y el ahora y de esta manera evitar escuchar justificantes como, no se puede, no sabía o no escuché por el ruido y solo levanté la mano, porque en esa levantada de mano, se puede afectar a muchas personas más.

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