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19 abril, 2024

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Tejido fino

No podía ser de otra manera. Si bien en los últimos días en las columnas locales se ha comentado una y otra vez que al Partido Revolucionario Institucional (PRI), lo borraron del Congreso local, lo cual algunos priístas pensaban no sería posible y lograría acuerdos con algunos de los diputados para lograr mayoría, lo cual intentaron hasta el último momento, habría que hablar de los operadores de la nueva mayoría en el Congreso local.

No podía ser de otra manera. Si bien en los últimos días en las columnas locales se ha comentado una y otra vez que al Partido Revolucionario Institucional (PRI), lo borraron del Congreso local, lo cual algunos priístas pensaban no sería posible y lograría acuerdos con algunos de los diputados para lograr mayoría, lo cual intentaron hasta el último momento, habría que hablar  de los operadores de la nueva mayoría en el Congreso local.

La tarea le fue encomendada a Miguel Ramón Martín Azueta, pero también hay que mencionar la participación de la familia Ramos Hernández, específicamente del diputado local Emiliano Ramos y su cuñado, Rafael Quintanar González, en específico para hacerse de los dos diputados que llegaron vía el partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena).

Fueron precisamente esos personajes quienes lograron que el pasado sábado y lunes, en la instalación de la XV Legislatura y elección de los presidentes de la comisiones ordinarias y de la Gran Comisión, se lograra la nueva mayoría que encabezan los diputados del Partido Acción Nacional (PAN) y de la Revolución Democrática (PRD), en las figuras de Eduardo Martínez Arcila, presidente de la Gran Comisión, y Emiliano Ramos Hernández, quien forma parte de las cinco principales comisiones de la XV Legislatura.

Para algunos personajes de la política local, se repetiría el escenario del 2005, cuando los partidos de oposición al PRI lograron mayoría en el Congreso, pero a la hora de las negociaciones, uno a uno se fueron sumando a la bancada del tricolor.

El primero fue Manuel Valencia Cardín, quien llegó por el entonces partido Convergencia. La traición le valió presidir la Gran Comisión y se convirtió en el operador del tricolor. Obviamente no fue el único y la mayoría de los diputados que llegaron por el PAN y PRD, terminaron por servir al tricolor.

Ese antecedente le dio al tricolor la esperanza de poder aplicar la misma estrategia, pero ahora no le salieron las cuentas. El resultado, el que fuera borrado completamente del mapa a la hora del reparto de comisiones.

En un intento de incluir a Raymundo King de la Rosa en alguna de las comisiones de mayor importancia, la coalición PRI-PV propuso al panista Eduardo Martínez y al perredista Emiliano Ramos, junto con King, para integrar la mesa instaladora. El rechazo fue total. Así las cosas en el Congreso, donde ahora a los priistas les aplican la misma que ellos aplicaron desde la creación del estado de Quintana Roo. 

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