A un semana de culminar la gestión del gobernador Roberto Borge y a casi dos de que los presidentes municipales entreguen el poder, pareciera que Quintana Roo se ha convertido en tierra de nadie, en donde cualquiera puede hacer lo que le venga en gana, sin que haya autoridad ni ley que lo detenga.
Desde hace años, el empresario “coca-colero” Fernando Ponce García ha venido amagando a los pobladores de Holbox con tirar el área protegida para crear un complejo turístico de grandes dimensiones, terminando así con el encanto de esta isla, que es precisamente su ecosistema.
Ambientalistas de Holbox lamentaron el incendio ocurrido ayer en la ínsula y afirmaron que éste fue intencional y, al parecer, por parte del magnate concesionario del oscuro refresco.
Informaron que el siniestro se produjo en la zona conocida como la Ensenada donde se pretende desarrollar un proyecto a cargo de la empresa península maya developments de Ponce García.
Afirmaron que ahí se pretende crear el complejo turístico de 875 villas y condominios, 195 cuartos en tres hoteles, seis lotes de preservación y una unidad turística de tres niveles que tendrá plazas, oficinas y aproximadamente 3 mil metro cuadrados de áreas comerciales.
Además, se construirá viviendas y servicios para trabajadores que contará con carreteras, helipuerto, canales y un puerto marítimo, entre otras obras.
Los empresarios hoteleros, al igual que la delincuencia, están aprovechando el vacío de poder, producto de la proximidad en la salida de los gobernantes, quienes ya tiraron la toalla y se desentendieron de lo que aquí pasa, sin la posibilidad de que las próximas autoridades tomen las riendas.
Es decir, Borge y sus secuaces aventaron ya al estado, dejándolo al garete.
