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23 abril, 2024

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Muerte y Sida, el estigma que prevalece

En voces de la sociedad, la discriminación que asocia al virus de la inmunodeficiencia humana con el estigma que continua prevaleciendo a quien lo adquiere

En voces de la sociedad, la discriminación que asocia al virus de la inmunodeficiencia humana con el estigma que continua prevaleciendo a quien lo adquiere, constituye la principal barrera para que hombres, mujeres, jóvenes y adolescentes no acudan a realizarse una prueba de detección VIH ni para contar con un diagnóstico oportuno; desde esta premisa, cuantas muertes podrían estar evitándose si vivir con VIH no fuera motivo de apatía, burla o abandono ya que según el Centro Nacional para la prevención y el control del VIH hasta el 2015 en México se reportaron  4,763 muertes por sida, representando una tasa de mortalidad de 3.98 por cada 100 mil habitantes.

Al igual en Quintana Roo morir luego del desarrollo del sida, continua  siendo y volviéndose para los familiares del fallecido, una  experiencia amarga y el constante tormento de argucias y señalamientos que les atenta y contraviene la dignidad y los derechos humanos de su familiar quien en vida no considero busco infectarse para luego vivir oculto o en la otredad todo el largo proceso infeccioso de síntomas y enfermedades que aun posterior a su muerte, los fantasmas de las calumnias lo seguirían  persiguiendo.

Quien vivía con infección VIH y en estadio SIDA tuviera presente la posibilidad de muerte, como la opción más factible, era algo común a finales de los años 80’s, cuando el personal médico aun haciendo su mejor esfuerzo y dedicación, difícilmente podía enfrentar las consecuencias surgidas a raíz de una inmunidad celular progresivamente dañada y que, prácticamente consumía en corto tiempo a quien desarrollaba sida.

Este síndrome de síntomas, enfermedades y cánceres, sigue representando la parte fundamental de la infección por VIH,  la cual absorbe  toda la atención del proceso infeccioso, y por lo tanto, quien llegue a desarrollarlo es no sólo una parte obligada del padecimiento sino el problema en sí mismo.

Hoy a pesar de la efectividad de los antirretrovirales, quien llega a un estadio SIDA es decir a tener menos de 200 CD4, continua disminuyendo su población celular favoreciendo con ello la presencia de diversas enfermedades de tipo oportunistas, incluyendo canceres y el daño orgánico severo a órganos y a grados extremos de desnutrición.

Evolucionar al SIDA y de ahí no necesariamente a la muerte no puede y debe representar el paso aquel de los 80´s que era obligado e inevitable. Hoy el VIH no mata a la persona pero el estigma social si lo hace, sin embargo la familia sin importar que tipo debe ser el entorno natural para quien vive con VIH y ser ese  soporte que precisan, pues los amigos suelen abandonarlos y las parejas alejarse ya sea por miedo a infectarse o porque los compromisos suelen ser limitados.

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