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16 abril, 2024

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Cicatrizando el norte

EN LA OPERACIÓN cicatriz, Carlos Joaquín ha dado el primer punto de sutura y la herida ya no se ve tan mal.

Jorge Castro Noriega

EN LA OPERACIÓN cicatriz, Carlos Joaquín ha dado el primer punto de sutura y la herida ya no se ve tan mal.

En el municipio más joven del estado, Puerto Morelos, que nació dividido territorial, presupuestal, económica y políticamente, pero que con el proceso electoral se dividió también ideológica, afectiva y hasta familiarmente, el gobernador electo convocó a la calma, a hacer bien las cosas, aceptar los resultados y evitar caer en actos de violencia.

Frente a su fallido candidato, el “popular” Manolo García, quien no sólo perdió en las urnas sino que se inconformó con el triunfo de la priista Laura Fernández, cuestionó el resultado, obligó a un recuento de votos (que tampoco le favoreció), azuzó un airado movimiento de protesta y todavía pretende impugnar en tribunales, Carlos Joaquín pidió “pensar con la cabeza y no con el estómago”.

Sentando con estas palabras las bases para la reconciliación de esta pequeña comunidad floreciente pero dolida por el tajo divisionista poselectoral, el gobernador electo advirtió que “no se puede actuar pensando que tienes la razón, sin tener realmente pruebas” e invitó a la multitud a mantener la tranquilidad para hacer bien las cosas. La violencia, dijo, no llevará a ningún lado, sino sólo a terminar con lo que sí se puede hacer.

La elección ya terminó y ahora sólo resta ver para adelante, despojarse de colores partidistas y odios segregacionistas para amalgamar a Quintana Roo en un solo proyecto que genere seguridad y bienestar para todos. Pelear por los votos que no se tuvieron, exigir el premio que no se ganó en la lid y pretender imponer la razón individual por encima de la colectiva, es un fuerte obstáculo para lograrlo.

Los candidatos de Carlos Joaquín perdieron casi todo el norte: desde Lázaro Cárdenas a Isla Mujeres; desde Benito Juárez a Puerto Morelos. En estos cuatro municipios ya hay presidentes electos que han manifestado su deseo de integrarse a trabajar con el nuevo gobernador y éste, anoche, correspondió el mensaje.

Trinidad García ya quedó convencida y, con lo de anoche, confiamos en que el “popular” Manolo desista de seguir armando mitotes callejeros y se sume a lo que le conviene a todo el estado. Faltan nada más ver qué dicen y hacen en los otros dos municipios los hermanos Julián y Alicia Ricalde, quienes también fallaron en su intento de repetir como alcaldes y quieren impugnar los resultados que, si bien no les favorecieron en lo personal, sí lo hicieron con la gubernatura que ya ha quedado perfectamente legitimada.

Es cosa, creemos, de que el hábil cirujano dé unas cuantas puntadas más a la herida y recete correctamente los calmantes para el dolor.

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