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28 marzo, 2024

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100 días no alcanzan

Más allá del debate sobre la herencia que dejaron las administraciones pasadas y las medidas tomadas en los primeros 90 días de gestión de Carlos Joaquín González, la promesa de una rápida recuperación de la transparencia y la buena gobernanza es alentador pero leve.

El infantilismo en política no es patrimonio exclusivo de la coalición UNE. Hay secretarios en el gabinete del gobernador que no están cómodos. No comparten algunas decisiones del gobernador y de su cerrado entorno de asesores en los que falta protagonismo local. Las discrepancias van desde lo financiero hasta la eficiencia de los criterios técnicos y políticos para relanzar un “gobierno en movimiento”, lograr inversiones, combatir la corrupción endémica, poner orden en las cuentas fiscales y comunicar mejor lo que se está gestionando.

Es una realidad que la sobre emisión indiscriminada de información y mensajes en las redes sociales devalúan el criterio de verdad, pero, esto lo debería saber, el primer mandatario que ha utilizado lo mediático como su principal herramienta estratégica desde sus inicios en política allá por el año 2004. Las redacciones de los medios tradicionales siguen siendo las principales generadoras de información chequeada, contextualizada, jerarquizada y analizada. Son definitivamente, las fuentes del insumo indispensable para que la ciudadanía de legitimidad al sistema y, erradique el efecto tóxico de los trascendidos que hoy circulen por miles en las redes.

La comunicación política del gobierno es mala, imprecisa y, descontextualizada. Pero, existen buenas gestiones, en otras áreas, de algunos habilidosos que terminan con saldo positivo los primeros 100 días de gestión. No se los reconoce de manera explícita pero el saldo de su labor ha sido positivo, tal el caso del por estos días cuestionados secretario de Finanzas, Juan Melquíades Vergara y del jefe de la Oficina del Gobernador, Miguel Martín Azueta, quien ha sabido anudar una sólida relación con el Congreso del Estado.

A estos, se debe sumar el buen trabajo parlamentario de la XV Legislatura que lidera el diputado Eduardo Martínez Arcila que proveyó del herramental necesario al Poder Ejecutivo para avanzar rápidamente con leyes Ad Hoc. El final relativamente feliz para la novela UNE, requirió de estas muñecas políticas que me refiero y que escasean en el Gobierno. Pero como decía, el infantilismo político no es exclusivo de este gobierno, pues cuando nos llevamos por el resentimiento, éste no es buen consejero.

Desorientados por la falta de liderazgo y por no haber comprendido todavía de manera cabal que perdieron el poder, el PRI sigue mirando “pasar el cortejo fúnebre” y trata de frenar la diáspora de militantes. Mientras Morena y, Andrés Manuel López Obrador, se preparan para dar un asalto al poder en pocos meses más.

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