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23 abril, 2024

Letras de cambio

¿Y las dignas esposas ladronas?

La indignación de feministas y anexos porque el señor Mireles se atrevió a llamar, coloquialmente, “nalguitas” a las mujeres que buscan ser colocadas en el trabajo por sus relaciones muy personales, se convierte en silencio cómplice frente a las elegantes, dignas esposas de gobernadores que en los hechos son unas ladronas.

Grupo que encabeza, de sobra, la esposa de Javier Duarte que, después de robar y ordenar robar, de usufructuar el erario, vive como vecina de la Reina Isabel en Londres.

En Tabasco se anunció una auditoria a Martha Lilia López Aguilera, esposa del entonces gobernador Arturo Núñez, que abarca únicamente el último año del presupuesto del DIF cuando debiera abarcar los seis años en que hizo y deshizo a sus anchas, desde los nombramientos importantes, hasta palomear compras, pasando por la exigencia de que le llamasen “señora gobernadora”.

Bajo el membrete de “labor social” las sufridas esposas de gobernadores, que en la intimidad sufren todo tipo de agravios y humillaciones, son presidentas honorarias de una institución que recibe un presupuesto oficial.  A veces se conforman con utilizar este presupuesto. 

Otras no.

Una simple mirada a la cuenta de Twitter de la esposa del gobernador de Oaxaca, la señora Murat, demuestra que en todo momento se asume como parte de ese gobierno, sin tener puesto ni responsabilidad legal.  

La misma señora Murat que compró departamentos en Nueva York y Miami sin recibir ningún ingreso ni pagar impuestos en nuestro país.

A cada momento doña Ivette anuncia su poder: “En la 8ª Audiencia Pública en Miahuatlán de Porfirio Díaz, el Gdor. Alejandro Murat, titulares del Gabinete legal y ampliado y yo, les esperamos para atenderles”. 

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Publicó el martes 10 de septiembre.

¿En calidad de qué, si no es funcionaria pública, si no tiene nombramiento, si no recibe un sueldo, debe o puede “atender” a los ciudadanos?  Lo peor, es la comodidad en que estas mujeres se instalan en el servicio público sin ningún freno, sin ninguna legislación que las limite porque su puesto es “honorario”.

Y así hay muchas.  

En mi libro “Sí Merezco Abundancia” abundan los ejemplos que magnifican la impunidad de que gozan.

Si existe voluntad de destapar la cloaca en Tabasco, la auditoría a la “señora gobernadora” puede ser un primer paso. Lo importante sería una iniciativa de ley que ponga freno a la impunidad de las “primeras damas”. 

Que diga claramente cuál es su papel legal, si puede o no utilizar vehículos oficiales, si puede o no actuar como funcionaria, si puede o no manejar el presupuesto del DIF sin dar cuentas.
No necesitamos ladronas en las casas de gobierno.  

Y esto tiene que pasar por la ley, no ser una decisión personal de cada una de ellas.

Decir o dejar de expresarse en público como lo hace el doctor Mireles no hace daño a ninguno. Comprar casas en Miami, departamentos de lujo en Nueva York como hizo la señora Murat, ostentarse como “cogobernadora” de Oaxaca, sí.

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