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18 abril, 2024

Letras de cambio

EL EXTRAÑO CASO DE JUAN VERGARA 1

En política, no hay inocencia.

En asuntos del poder, no existen casualidades.

La súper bronca, nacional, que le armaron a Juan Vergara tiene motivos electorales.  Y se montó sobre lo que sucedía en Chihuahua.
¿Fue una víctima?

Definitivo.  Una víctima de sí mismo.  De la honestidad para decir quién es y qué tiene.  De su ingenuidad para creer en los acuerdos.  De su inmensa transparencia para aspirar a una posición electoral.

De la chistera del mago sacaron, extemporánea, una “orden de aprehensión” en su contra por un asunto que ya estaba “solucionado” con la Secretaría de Hacienda y Crédito Público.  Dependencia federal que había reconocido su capacidad, supongo que incluye honestidad, para ser su interlocutor en temas de dinero, de presupuesto, durante los meses posteriores.

Es decir, a un tema de impuestos, con una  solución pactada, siguió la rutina establecida, institucionalmente, entre un titular de Finanzas estatal y la institución federal que distribuye el dinero.

¿Qué rompió esto?

¿Qué hizo que el gobierno federal sacara del cajón una orden de aprehensión supuestamente fechada en noviembre del año pasado?  No encuentro otra respuesta sino la confrontación nacional entre el panista que gobierna Chihuahua y el gobierno federal priista.  La exhibición brutal del financiamiento, a través de la multicitada SHCP al PRI local, pasando por empresas fantasmas, que tiene a un importante protagonista de esto en la cárcel.

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Javier Corral había puesto un cuchillo a la yugular a los priistas.

Y la respuesta fue encarcelar a un personaje que, supuestamente, había financiado varias campañas de oposición, tanto del PAN en Puebla como del PAN-PRD en Quintana Roo, identificado con un ex gobernador de Aguascalientes.  Un empresario convertido en funcionario público estatal que había tenido el infinito descaro de hacerse una fiesta de cumpleaños multitudinaria y admitir, ingenuamente, cuánto dinero ganaba mensualmente en sus empresas.  Todo conformaba al nuevo villano.
Era el sujeto perfecto para esta ofensiva.

¿Qué falló?  Al gobierno federal le faltó el fundamento penal, que sí tuvo Chihuahua.  No encontró a un juez a modo que siguiese el guion oficial porque, simplemente, no había delito que ameritase prisión.

¿Qué les falló políticamente de manera abismal?  No midieron la respuesta de los panistas y perredistas.  No contaron con un deslinde público en  automático.
Y sobre esto, lo más importante fue que no tuvieron en sus manos pruebas del financiamiento que habría hecho Juan Vergara a varias campañas políticas…
No contaron con su silencio.

De tal manera que éste, precandidato entonces a diputado federal, no pudo convertirse en la moneda de cambio que necesitaban frente a Javier Corral y su ofensiva mediática, su fuerza penal, su “caravana” que seguía caminando hacía la Ciudad de México.

¿Qué sí lograron?…
Continuará…

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