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¿Cuántas muertes más se necesitan, para alzar la voz?

Ya perdimos la cuenta de los muertos.

Es decir, de las víctimas de las ejecuciones en Quintana Roo.
Lo que queda establecido, sin cambio alguno, es el número de asesinos que han sido detenidos: 0. O sea, ninguno.

En junio pasado se rebasó el número de asesinatos del 2017, con la víctima número 228. Debemos andar en un poco más de 300.
Lo cierto es que este número de asesinatos no parecen importar a ninguna autoridad, y tal vez tampoco a la sociedad civil. Vivimos entre muertos, con una de las apreciaciones más altas del país sobre la percepción de peligro, de violencia: 75%.
Estamos asustados, pero no hacemos nada; ni siquiera levantamos la voz.

El más reciente, o tal vez de entre los más recientes por el tiempo que va a transcurrir entre que escribo y se publica este texto, fue el de un estudiante en el estacionamiento de la Universidad a la que asistía… ¿nos van a salir con que es una víctima más de la lucha entre grupos criminales?

Los hechos violentos más recientes fueron a la entrada de la Zona Hotelera y en una gasolinera muy céntrica. ¿Falta que sean en la puerta de nuestras casas?

¿Cuántos muertos son muchos muertos? Ya sabemos de la incapacidad de Remberto Estrada y de su policía municipal, pero qué piensa hacer Mara Lezama para cambiar esta realidad. O va a seguir el juego de no veo, no oigo, no hago… que hemos padecido.

Los hoteleros del Estado están mucho más preocupados por la invasión de sargazo, de algas marinas, que por los muertos. Como si esta violencia sucediese en otra dimensión de la realidad.
¿Cuántos muertos más se necesitan para obligar a las autoridades a actuar?

Dice la ministra Olga Sánchez Cordero, que será la próxima titular de Gobernación: “Es hora de que desde el gobierno se deje de simular que no pasa nada”, con relación a la violencia, a los muertos, a los desaparecidos de este sexenio.

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Esto tendría que suceder también en Quintana Roo, en Cancún. Es hora de que en las oficinas de la PGR, de la policía federal tan festejada, de la policía estatal, de la policía municipal se deje de simular…

Publicado por
Isabel Arvide
Etiquetas: encorto

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