Es escenario geopolítico y las normativas contra los narcoterroristas ahora implican más que un cambio de estrategia para llevar la gestión gubernamental en México y el mundo. También para el Periodismo y la sociedad en general. Hablar y señalar a cualquier persona por sus amistades, vínculos y gestiones sociales que den a entender su actividad ilícita, puede alterar seriamente el curso de toda investigación y sembrar nombres donde no los hay o se creen cortinas de humo para desviar toda la atención mediática y policiaca.
Ahora con dispositivos móviles, que se rastrean satelitalmente, así es como se obtiene información de los mismos, por lo que es claro que muchas cosas se tienen de conocimiento y sólo se espera una filtración para que el caso sea tomado por quienes de la información obtienen algún poder. No obstante, crear una “lista negra” ante la opinión pública, como puede ser tan auténtica como pude estar llena de falacias o peor aún, llena de nombres de gente a las que se les quiera incomodar, afectar, extorsionar.
Los rumores son la estrategia más lasciva entre el gremio periodístico, pues ahí se deja de ser “el cuarto poder” para ser un simple medio de gente que los mueve desde el verdadero poder. Algunos rumores son ridículamente difundidos incluso a un costo ridículo, es decir, se da por hecho que el periodista sin formación es solo un chismoso más pero con adeptos.
No es así. Para los profesionales de la Comunicación, Periodismo y afines, el tema central no es tener la información en sí misma, sino cuándo, a quién y cómo la difundes, pero sobre todo, en qué momento debe salir a la luz. Decir todo y a todos es de gente imprudente. Correr a decir lo que se sabe que no sea noticia del bien común, es afrenta. Señalar a alguien de tal o cual cosa puede ser doble filo: jactarse de saber más sin saberlo o bien, hacer famoso a un tercero de manera gratuita.
Y no, no tiene que ser de a gratis ni una ni otro cosa simplemente porque el periodismo ni las ciencias de la comunicación nacieron de la caridad, sino de la Administración y la Geopolítica para hacerla manifiesta. Si no se nombra no existe.
Y en esas los periodistas estamos justificados, porque el fin justifica los medios. Seamos un medio digno entonces.