Ileana González / Grupo Cantón
CANCÚN.- La depresión es uno de los trastornos mentales que más se presentan en sesión. Es uno de los padecimientos mentales más importantes, ya que la depresión crónica se ha convertido en la cuarta causa de muerte en jóvenes de 15 a 29 años. Por ello, es fundamental saber qué síntomas presenta, qué podemos hacer para acompañar a un ser querido que la esté atravesando y qué debemos tener en cuenta para prevenirla.
Es importante mencionar que la depresión no es simplemente “estar triste”. Es una condición compleja que puede manifestarse como una profunda sensación de vacío, apatía, disminución en la capacidad de disfrute, baja concentración y alteraciones en los patrones de sueño y alimentación. También puede generar un aumento en la autocrítica, un patrón de pensamientos negativos y, en algunos casos, desesperanza. A menudo, quienes la padecen sienten una desconexión con su entorno y, lo que es más desgarrador, consigo mismos. Sin tratamiento, puede afectar cada aspecto de la vida, desde el trabajo y las relaciones personales hasta la salud física.
A pesar de su impacto generalizado, hablar abiertamente sobre la depresión sigue siendo un desafío. Frases como “échale ganas” o “todo está en tu mente” perpetúan la idea errónea de que es un problema de voluntad o actitud. Este tipo de comentarios, aunque bien intencionados, minimizan la realidad de esta afección y contribuyen a que las personas se aíslen aún más.
CRUCIAL, PERSONAS QUE RODEAN
Es crucial que quienes rodean a alguien que lucha contra la depresión desempeñen un papel de apoyo activo. Escuchar sin juzgar, mostrar empatía y, sobre todo, alentar a buscar ayuda profesional puede marcar una gran diferencia, ya que una característica importante de este trastorno es que tiende a empeorar con el tiempo si no se trata.
En la actualidad, la psicoterapia cognitivo-conductual ha demostrado grandes avances en tratamientos efectivos para combatir la depresión. En algunos casos, es necesario el apoyo de farmacología; en otros, la terapia por sí sola es suficiente para desarrollar las herramientas que permitan regular el estado de ánimo.
Si tú o alguien que conoces está luchando contra la depresión, recuerda que no estás solo. Existen recursos, líneas de ayuda y profesionales comprometidos en brindar apoyo. Hablar es el primer paso hacia la sanación, y escuchar es un acto de amor profundo.