La oposición en México ha decidido jugar su carta más peligrosa: desestabilizar al país llevando la lucha política al terreno financiero internacional. No lograron quitarle su mayoría a Morena y su nueva estrategia consiste en usar el poder del dinero para socavar la economía mexicana. La columnista del Wall Street Journal, Mary O’Grady, lo puso en palabras claras: “short Mexico”. Especular contra el peso no es solo una táctica financiera agresiva; es un intento deliberado por hundir la economía nacional con tal de recuperar el poder político que no logran conseguir en las urnas.
Este es un juego extremadamente peligroso, no solo porque pone en riesgo a México, sino porque demuestra un profundo desprecio por el bienestar de las y los mexicanos. La estrategia es simple: sembrar miedo y caos, tanto dentro como fuera del país, para atraer a inversionistas a una narrativa de catástrofe. Desde sus medios de comunicación y plataformas, la oposición despliega un discurso de colapso inminente, acusando a Morena de ser una amenaza a la democracia, deseando que el país se hunda lo suficiente para que el descontento les abra una nueva oportunidad electoral.
Estas tácticas de terror financiero nunca habían alcanzado estos niveles de cinismo y malicia. La narrativa de que México está al borde del colapso no solo se difunde en medios nacionales, sino que se amplifica en foros internacionales para afectar la percepción global del país. El objetivo es claro: alejar inversiones, golpear el crecimiento y así justificar su discurso de desastre, aunque eso implique un costo altísimo para la gente común.
La oposición, en su frustración y enojo, parece dispuesta a todo con tal de regresar al poder, incluso si eso significa arrastrar al país a una crisis económica. No se trata de defender la democracia o proteger a los ciudadanos; se trata de una jugada desesperada para recuperar influencia política y económica. Su única herramienta ahora es el dinero, y están dispuestos a usarlo para hundirnos si con eso logran su propósito.
Es fundamental que quienes buscan la estabilidad económica del país no caigan en la trampa del miedo que la oposición intenta sembrar. México ha enfrentado retos antes y los superaremos de nuevo, pero no podemos perder de vista que hay quienes, con tal de recuperar el poder, no dudarían en hundirnos a todos. No permitamos que usen a México como una pieza más en su juego de poder.