Roberto Lemus / Grupo Cantón
TULUM.— Con el objetivo de preservar la integridad ecológica de una de las áreas naturales más sensibles del país, la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) negó la autorización ambiental al proyecto “Casa Demangate”, que pretendía desarrollarse dentro de la Reserva de la Biosfera de Sian Ka’an.
El proyecto contemplaba una inversión de 2.5 millones de pesos para la construcción de infraestructura turística en un predio de más de 1,500 metros cuadrados, ubicado a unos 18 kilómetros de Tulum y 27 de Punta Allen, en pleno núcleo de esta Área Natural Protegida (ANP), donde las actividades humanas de alto impacto están estrictamente restringidas.
Según el resolutivo emitido por la Semarnat y publicado este fin de semana, la instalación del proyecto atentaría contra los principios y objetivos establecidos en el plan de manejo de la reserva, considerada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO debido a su alta biodiversidad y fragilidad ambiental.
Entre los factores determinantes para rechazar la autorización se encuentra el uso proyectado de materiales como concreto y combustibles en una zona que alberga especies de flora y fauna en peligro de extinción. Además, la dependencia federal determinó que la Manifestación de Impacto Ambiental (MIA) presentada por los promoventes no ofrecía garantías suficientes de mitigación frente a los posibles daños al ecosistema.
La resolución establece que permitir el avance del proyecto representaría un riesgo elevado para la conservación del entorno natural y contravendría las normativas vigentes en materia de protección ambiental dentro de las ANP.
Pese a la negativa, los responsables del proyecto aún tienen la opción legal de impugnar la decisión a través de un juicio de nulidad. Sin embargo, la Semarnat reiteró su postura firme respecto a la necesidad de proteger la Reserva de Sian Ka’an, un ecosistema estratégico reconocido a nivel internacional por su riqueza biológica y función como barrera natural ante el cambio climático.
Con esta resolución, se refuerza la política de cero tolerancia a desarrollos que pongan en riesgo el equilibrio ecológico en zonas protegidas, especialmente en regiones tan sensibles como la franja costera de Quintana Roo.