Las dos candidatas realizaron una hazaña: cambiaron el panorama electoral de Quintana Roo, y de buena parte del país, en su microcosmos.
La cantidad de votos que obtuvieron Laura Beristain y Cristina Torres es casi igual, alrededor de mil votos de diferencia cuando presuntamente faltaban unas cuantas actas para contar. Están tan parejas que ambas, con razón, pueden reclamar el triunfo.
Lo que no sucedió en ninguna otra parte del Estado. Ni el Frente tuvo tantos votos ni Morena quedó en esa circunstancia de igualdad. Playa, definitivo, no se parece al resto de la entidad. Hay una aprobación al gobierno de Cristina Torres que no se dio en otras partes; porque sería risible incluir a Juan Carrillo o a Laura Fernández, en otra circunstancia y con otros pesos su triunfo, pesos de todos.
A lo que debe agregarse que la irrupción de Laura Beristain en las grandes ligas políticas es muy reciente, su perfil como regidora había sido más que discreto. No es una ex priista o ex borgista, como muchos de los que ganaron con el membrete de Morena. Hay un mérito, grande.
¿Quién va a ganar? Lo decidirá el Ieqroo, con una credibilidad complicada por decir lo menos, lo que deja la puerta abierta para que cualquiera de las dos candidatas busque, incluso, otra instancia electoral.
Lo cierto, es que se expresó una voluntad popular dividida. Muy distinta a la que podemos analizar en Cancún, donde el rechazo al mal gobierno de Remberto Estrada fue un factor ante la gran cantidad de votos que recibió Mara Lezama.
Positivo que las dos sean mujeres.
El gobernador Carlos Joaquín ya dijo que fue la gente, los quintanarroenses, quienes eligieron. Y se deslindó de los resultados, donde el Frente, la coalición de partidos que fue membrete de su propia elección, perdió casi la mitad del electorado.
¿Hubo un voto contra Carlos Joaquín? No. En lo absoluto, porque entonces Cristina Torres, tan identificada con su gobierno, colaboradora directa en algún tiempo, no estaría peleando el triunfo con tan poca diferencia de votos. Hubo mal alcalde en Chetumal, hubo malos candidatos a diputados, hubo candidatos a senadores que se quedaron en el camino por diversas razones que no pueden adjudicarse a Carlos Joaquín.
Lo que existe, tampoco se puede negar, es una necesidad de cambio imposible de satisfacer, hasta ahora, en el Sur del Estado. Y una inmensa fuerza electoral de López Obrador que cubrió a sus candidatos, así estuviesen abiertamente identificados con Borge Angulo o con Félix González.
La decisión en Solidaridad va a ser más que interesante, y paradójicamente, entre dos buenas candidatas que tienen capacidad para hacer su trabajo bien…
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