Categorías: Seguridad

Abejas africanas matan perros y gallinas en la Ribera del río Hondo

AGENCIA SIM / Grupo Cantón

CHETUMAL.- Desde el mes pasado, los ataques de abejas africanas se han vuelto más comunes en las comunidades de la Ribera del río Hondo, con saldo de varias mascota y aves de corral muertas, además de niños y adultos con múltiples picaduras. Rescatistas han tenido que atender al menos 13 de estos ataques.

Apenas ayer, abejas dieron muerte a tres perros en Rojo Gómez, además de varios gallos y gallinas, detalló Jesús Méndez Laines, delegado de la sección 36 de la Comisión Nacional de Emergencias (CNE), encargado de la Ribera del río Hondo.

“En lo que va de marzo, van 10 enjambres que han surgido, además de otros tres en febrero”, comentó el rescatista, quien indicó que las comunidades donde son más recurrentes estos ataques son Pucté, Rojo Gómez y Obregón Nuevo, posiblemente por la cercanía con el ingenio.

El rescatista aclaró que estas abejas están asentadas en la zona desde hace meses, pero es ahora con los calores que los enjambres comienzan a migrar, en búsqueda de agua, lo que aumenta el riesgo de ataques.

“Hemos visto entre cuatro a cinco animales muertos en cada atención”, detalló. “Los que más sufren son los perros que están amarrados, porque no pueden escapar. Ayer, el dueño de un perro intentó salir a soltar a su animal, pero ya no pudo, por lo tupido de las abejas”.

A diferencia de las europeas, las abejas africanas son muy agresivas, por lo que ni siquiera son aptas para apicultura, aunque son usadas para cruzarlas con las primeras, para aumentar la producción de miel.

Hasta ahora, la Comisión Nacional de Emergencias ha acudido a estas llamadas de emergencia, sin que hayan visto, hasta ahora, alguna intervención por parte de las autoridades de gobierno.

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Una integrante del CNE entrevistó a la víctima de un ataque, en Pucté, quien le narró que era común ver a las abejas por su zona, pero fue ayer que vieron que eran dos enjambres, quienes comenzaron a perseguirla a ella y a su perra, picándolas sin tregua.

“Andaban muy alborotadas”, comentó esta ciudadana, de nombre Zuleimy.

 

Publicado por
Carlos