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28 marzo, 2024

La silla del patrón

Sargazo, un enemigo de cuidado parte 2

Sorprendió nuevamente el sargazo, cuando pensamos que la “temporada” ya había pasado.

Diciembre nos dejó una terrible noticia, lejos de cualquier cálculo y pronóstico, recalaron fuertes cantidades del alga, lo hizo en fechas donde se supone que no debería.

Con esto, podemos presumir, que la “temporada” sargazera será todo el año.

Declaraciones como la del secretario de turismo de Solidaridad, Ernesto Bartolucci, donde afirma que “es un tema que se nos fue de las manos, no tenemos la tecnología adecuada para combatir. Es un asunto de límite conocimiento y nos queda adaptarnos a este fenómeno”, es una muestra clara de la suma ignorancia.

Esta torpe declaración deja claro dos grandes verdades:
1. Incompetencia municipal
2. Ignorancia del fenómeno

El sargazo sí se puede contener, podemos hacer que no recale en las costas, pero tendrá costos económicos altísimos.

Lo primero, a mi punto de vista, es instalar un sistema de monitoreo vía bollas con cámaras con sensores que puedan detectar cuando la alga marina se aproxime. En estos momentos tenemos las imágenes satelitales de la NASA; el problema con ellas es que no son en tiempo real y las fotografías son de tomadas días anteriores , por lo que un monitoreo de la trayectoria en tiempo real y posible cálculos de volúmenes, es el primer gran reto.

El segundo paso a seguir sería trazar las categorías del volumen y tiempos de llegada, con esa información se pude planear las medidas de prevención adecuadas que deben implementarse.

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Si la masa que estaría por arribar es de mediana cantidad, las barreras funcionan.

Si la masa es de altos volúmenes, entonces hay que empezar a atajarlo mar adentro.

Imaginemos una gran embarcación succionando el alga desde alta mar y llenar una especie de “almacenes flotantes”, que después serían llevados a la costa para descargarlos.

En una fuerte arribazón no se logrará atajar en su totalidad, eso es claro, pero reduciría una cantidad muy considerable; de tal forma que lo que lo no se logre recolectar sea contenido por las barreras y con ellas re direccionado a un punto de confinamiento, hacer una especie de embudo, que lleve el sargazo a algún punto de la costa previsto y desde ahí sacarlo.

Tendríamos que crear una especie de categorías de clasificación, tal cual huracanes, cuando el arribazón sea incontenible, entonces entraría una tercera estrategia, ¿quién va a la playa cuando la autoridad comunica algún tipo de huracán o alguna tormenta tropical? ¡Nadie! Algo similar debemos crear, de modo que cuando el arribazón sea incontenible, avisemos con antelación, que ese día las playas no estarán en condiciones para disfrutarlas y que esperen al siguiente para asistir a ellas. Mientras tanto, debemos esperar la fuerte llegada del sargazo con las máquinas listas para limpiar la playa lo más pronto posible.

En las observaciones que hicimos durante la temporada anterior logramos confirmar que un fuerte arribazón del alga, puede ser limpiada a más tardar en 12 horas.

Lo que es completamente inaceptable es “adaptarnos” como se sugiere en Solidaridad, donde para rematar las autoridades declaran que “los turistas tienen que convivir con el sargazo, y que aunque los turistas siguen eligiendo Playa del Carmen, pero cambian las playas por los cenotes, la selva y los parques”.

Esta es otra declaración desafortunada e inaceptable.

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La competencia turística mundial es altísima y nuestros visitantes no deberían convivir con esas cantidades de sargazo y mucho menos putrefacto expidiendo olores espantosos.
El sargazo, sin duda queridos lectores, es un enemigo de cuidado, de tanto cuidado que, municipios como el de Solidaridad se derrotan antes de luchar contra él.

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