PUNTA ALLEN, TULUM.— La comunidad pesquera de Punta Allen se alista para el inicio de la temporada de captura de langosta el próximo 1 de julio, una actividad que representa la principal fuente de ingresos para los habitantes de esta localidad perteneciente a la Reserva de la Biósfera de Sian Ka’an. En entrevista, Víctor Barrera, integrante de la cooperativa pesquera Vigía Chico, informó que actualmente las embarcaciones están en su mayoría inactivas debido a la veda, y solo un pequeño porcentaje opera en la pesca de escama.
“El 99 % de las embarcaciones están varadas. Algunas se dedican a la escama, pero tenemos problemas con un grupo de raneros, principalmente personas que vienen de Tulum, que están depredando especies en veda como la langosta y el caracol”, denunció Barrera. Señaló que estas personas emplean prácticas que dañan los arrecifes al extraer langostas escondidas en el coral, rompiendo estructuras protegidas que los pescadores locales se esfuerzan por conservar.
La cooperativa Vigía Chico opera bajo estrictas normas de sustentabilidad, evitando colocar trampas en zonas arrecifales y cumpliendo con la normativa ambiental. Por ello, la pesca furtiva no solo representa un daño ecológico, sino también una amenaza directa a la economía de la comunidad.
Barrera hizo un llamado a las autoridades para reforzar la vigilancia en la zona y aplicar sanciones más severas.
“La reserva no tiene el poder legal suficiente para sancionar con firmeza, por eso se necesita que la ley contemple castigos más duros. Estamos trabajando de la mano con ellos, pero no es suficiente si la ley no respalda.”
Respecto a las expectativas para la temporada entrante, el integrante de la cooperativa señaló que esperan un repunte en el mercado, luego de una temporada 2024-2025 con resultados atípicamente bajos.
“El año pasado el mercado estuvo bajo. Los compradores en potencia no adquirieron producto como en otras ocasiones. En Cancún hay tres grandes compradores, también en Puerto Morelos y en Mérida, pero no se movió como se esperaba.”
La temporada pasada concluyó con una producción de solo 47.6 toneladas de langosta en Punta Allen, muy por debajo del promedio histórico de 100 toneladas. A nivel estatal, la producción alcanzó cerca de 495 toneladas, incluyendo 450 toneladas de crustáceo entero (vivo o muerto) y 45 toneladas de cola, según datos oficiales.
A pesar de las adversidades, la cooperativa Vigía Chico cerró la última temporada con un precio de 400 pesos por kilo de langosta viva, cifra que esperan mejorar este año. La comunidad mantiene la esperanza de que las condiciones climáticas sean favorables y el mercado esté más activo.
Por otro lado, Barrera destacó que la cooperativa continúa comprometida con la pesca sustentable y sostenible, lo cual ha sido reconocido a nivel nacional.
“La mayoría de los socios respetamos las reglas, y por estas buenas prácticas fuimos reconocidos este año como la segunda cooperativa a nivel nacional en pesca sustentable, en un evento celebrado en Baja California”, indicó.
Actualmente, la comunidad de Punta Allen sigue enfrentando dificultades por la falta de apoyos gubernamentales directos, la pesca ilegal y las variaciones del mercado. A semanas del inicio oficial de la temporada de langosta, los pescadores aguardan con expectativa un repunte que les permita sostener su actividad económica sin comprometer el equilibrio ambiental de su entorno.