TULUM.— Por segundo día consecutivo, la surada ha provocado el cierre del puerto en Tulum, generando una parálisis total en la actividad turística marítima y afectando seriamente a prestadores de servicios, restaurantes y comercios locales.
Las pérdidas, aseguran los afectados, ya son incalculables.
Reyes Hernández, touroperador de la zona, denunció el impacto que esta contingencia climática ha tenido en su economía y la de cientos de trabajadores.
“Tenemos dos días sin trabajar, sin generar ingresos. Esto es un duro golpe para todos los que dependemos del turismo”, declaró.
La flota turística permanece anclada, y capitanes, marineros y guías se han quedado temporalmente sin empleo.
La afectación no se limita al sector náutico. Restauranteros y comerciantes de la zona turística también han reportado una caída drástica en la llegada de visitantes, lo que ha llevado incluso al cierre temporal de varios establecimientos.
“Bajo, bajo, pero súper bajo. Aparte de que no había tanto turismo con este clima, pues igual, afectó demasiado. Ahorita estoy cerrado, cerrado, cerrado. Y el porcentaje, dábamos que un 20%, ahora en cero”, lamentó Hernández.
La Coordinación Estatal de Protección Civil (Coeproc) emitió un boletín alertando sobre la surada que afecta las costas de Quintana Roo desde el 2 de abril y que se mantendrá activa hasta el domingo 6.
El fenómeno está acompañado de vientos del sureste y sur con rachas de entre 40 y 60 kilómetros por hora, lo que ha generado oleaje elevado y condiciones peligrosas para la navegación.
Ante esta situación, la Capitanía de Puerto mantiene restricciones en varias localidades del estado, incluyendo Playa del Carmen, Cozumel, Holbox y Tulum.
Las autoridades han pedido a la población mantenerse informada sobre las condiciones del mar y evitar actividades en zonas costeras mientras persista el fenómeno.
Prestadores de servicios exigen a las autoridades una respuesta ante estas situaciones que, aseguran, ocurren cada vez con mayor frecuencia sin que existan mecanismos de apoyo. “Nosotros seguimos pagando permisos, impuestos y operativos de mantenimiento, pero cuando llega una contingencia como esta, nadie nos apoya. Nos dejan a la deriva”, denunció Hernández.
La incertidumbre crece entre los trabajadores del sector turístico, quienes temen que los efectos del cambio climático sigan afectando su principal fuente de ingreso sin que se implementen planes de contingencia para mitigar el impacto económico.