Roberto Lemus / Grupo Cantón.
REPORTAJE:
TRADICIÓN ANCESTRAL
Este 2025, Dzibzilche ha superado expectativas al recolectar entre dos y tres toneladas de miel, destacando la importancia de la floración abundante y la tradición ancestral en Tulum.
TULUM.- En las colmenas de la selva maya, la historia de la miel es también la historia de un pueblo. A pocos kilómetros del centro de Tulum, en la comunidad de Macario Gómez, los integrantes de la cooperativa Dzibzilche celebran un logro que va más allá de lo económico: una producción histórica de miel que revive el orgullo y la esperanza entre los apicultores mayas.
“Para nosotros, las abejas no solo son trabajo, también son parte de la vida espiritual.” Socio veterano de Dzibzilche.
Este 2025, los socios de Dzibzilche lograron recolectar entre dos y tres toneladas de miel, un salto significativo frente a los 600 kilos que obtuvieron el año pasado. El secreto, dicen, está en la floración.
“Gracias a Dios este año hubo mucha flor. Eso nos permitió tener una temporada excelente, y todavía no termina”, afirma William Palanchimal, representante de la cooperativa, con una mezcla de humildad y satisfacción.
La temporada apícola en esta región abarca de noviembre a junio, cuando especies como el guano, el chichilche y el javín pintan de colores la vegetación y alimentan a las abejas. Cada flor deja su huella en la miel: la del guano genera un producto claro y suave, el chichilche da una miel oscura y densa, mientras que el javín produce una variedad espesa y de alta calidad, con grado 19 según los estándares del sector.
Fundada en el año 2000, Dzibzilche —nombre que proviene de un árbol emblemático en la cultura maya— llegó a contar con 350 socios en sus mejores tiempos. Hoy, aunque el número ha disminuido a unos 150 productores, la cooperativa se mantiene como ejemplo de resistencia comunitaria.
Las causas de la reducción son múltiples: fallecimientos, migración, cambios generacionales. Pero el compromiso permanece.
Los productores no solo venden miel pura. A través de su tienda Silce Macario Gómez, comercializan también shampoos, jabones y productos cosméticos elaborados artesanalmente con miel local. Su mercado incluye tanto a turistas nacionales como a extranjeros.
“Muchos visitantes se llevan la miel en galones o cubetas. Es lo que más nos compran”, comenta Palanchimal.
El precio por kilo oscila entre 30 y 50 pesos, dependiendo del tipo de floración. Y aunque no compiten en volumen con los grandes productores del país, lo suyo es calidad, identidad y tradición. En Tulum, donde la modernidad avanza con fuerza, la cooperativa Dzibzilche mantiene viva una forma de vida ancestral que vincula la tierra, la biodiversidad y el conocimiento heredado.
La celebración del Día Mundial de la Abeja no pasa desapercibida en esta comunidad. Las abejas, más que insectos útiles, son parte de una cosmovisión que respeta los ciclos naturales y la armonía con el entorno.
“Para nosotros, las abejas no solo son trabajo, también son parte de la vida espiritual”, explica un socio veterano mientras revisa las colmenas.
A medida que la temporada se acerca a su cierre en junio, los productores mantienen el optimismo. Si las condiciones del clima lo permiten, podrían cerrar con cifras récord y consolidar a Dzibzilche como un modelo de éxito para otras comunidades.
En tiempos de cambios y desafíos, esta historia de miel es también una historia de esperanza. De cómo, desde lo pequeño y natural, una comunidad maya sigue construyendo futuro con las manos y el corazón puestos en la tierra.
Fundación: 2000
Número Actual de Socios: Aprox. 150
Productos: Miel pura, shampoos, jabones y cosméticos artesanales
Precio por Kilo: 30-50 pesos
Calidad: Alta calidad, con variedades según floración
