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mayo 30, 2025

Tulum

Cobá: El tesoro escondido entre la selva de Tulum

Roberto Lemus / Grupo Cantón

“A diferencia de otras zonas arqueológicas, Cobá ofrece a los visitantes una experiencia inmersiva en un entorno natural protegido, donde la historia y la biodiversidad se entrelazan”

TULUM,-En el corazón de la selva de Quintana Roo, a 47 kilómetros de Tulum, se encuentra Cobá, una de las ciudades mayas más importantes y extensas de la península de Yucatán.

Con una superficie de más de 70 kilómetros cuadrados, destaca por albergar Nohoch Mul, la pirámide más alta de la región, con 42 metros de altura, y por su compleja red de más de 50 sacbés, antiguos caminos blancos que conectaban centros ceremoniales.

Cobá ofrece a los visitantes una experiencia distinta a otras zonas arqueológicas como Tulum o Chichén Itzá, ya que muchos de sus edificios aún permanecen semienterrados bajo la espesa vegetación, creando un ambiente de misterio y descubrimiento único en la región.

El sitio arqueológico está conformado por varios conjuntos arquitectónicos principales —Cobá, Macanxoc, Nohoch Mul y Chumuc Mul—, interconectados por los sacbés. Cada grupo alberga templos, altares y estelas que muestran la complejidad social, religiosa y política de la antigua ciudad.

El principal atractivo de Cobá es Nohoch Mul. Hasta hace unos años, los visitantes podían escalar sus 120 escalones para disfrutar de una espectacular vista de la selva, pero hoy el acceso está restringido para preservar su integridad ante el aumento del turismo.

Al pie de Nohoch Mul se encuentran diversas estelas que narran episodios históricos, destacando la representación de mujeres gobernantes, algo inusual en la iconografía maya y evidencia del poder femenino en esta civilización.

Cobá rivalizó en su época con potencias mayas como Chichén Itzá y Calakmul, gracias a su ubicación estratégica entre varias lagunas, lo que le permitió dominar rutas comerciales vitales que conectaban el Caribe con el interior de la península.

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Durante el periodo Clásico (600-900 d.C.), Cobá amplió su influencia mediante alianzas y conquistas militares.

Sin embargo, su declive comenzó hacia el siglo XI, coincidiendo con el auge de Chichén Itzá, aunque siguió habitada hasta la llegada de los españoles en el siglo XVI.

Tras su abandono, Cobá fue redescubierta por exploradores a finales del siglo XIX, pero no fue hasta la apertura de carreteras en los años 70 cuando comenzó a recibir un flujo constante de visitantes.

Hoy en día, el INAH trabaja en la conservación del sitio para equilibrar la afluencia turística con la protección del patrimonio y su ecosistema.

La visita a Cobá puede realizarse caminando, en bicicleta o en triciclo-taxi, lo que permite apreciar la majestuosidad de sus estructuras ocultas entre la selva. Además, comunidades mayas cercanas enriquecen la experiencia ofreciendo artesanías y gastronomía tradicional.

Actualmente, la cercanía entre Cobá y Tulum brinda la posibilidad de explorar en un solo día el esplendor costero y la magia selvática, reconectando a los visitantes con el legado de una civilización que aún resuena en la naturaleza que la rodea.

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