Roberto Lemus / Grupo Cantón
TULUM.— A diferencia de movilizaciones anteriores, la reciente manifestación en defensa del libre acceso a las playas de Tulum registró una participación notablemente baja.
Apenas un pequeño grupo de ciudadanos locales y algunos residentes extranjeros acudieron al llamado para exigir el respeto al artículo 127 de la Ley General de Bienes Nacionales, que establece que las playas mexicanas son de uso común y no pueden ser privatizadas.
La protesta se centró en denunciar la creciente dificultad para ingresar a zonas costeras, en particular dentro del Parque Nacional del Jaguar, donde según los manifestantes se les niega el acceso gratuito incluso a trabajadores nacionales que llegan por temporadas a laborar en condominios u hoteles de la región.
“Se vino para abajo Tulum, hermano. Nosotros somos locales y los que vienen a trabajar desde los pueblos cercanos también son mexicanos. Solo vienen tres o cuatro meses y les exigen cambiar su residencia a Tulum para entrar al parque sin pagar. Eso no es justo”, expresó uno de los asistentes.
Los participantes también denunciaron que en toda la zona hotelera de Tulum solo existen dos accesos públicos funcionales: uno en Punta Piedra y otro más hacia el norte, mientras que muchas otras entradas han sido bloqueadas o vigiladas por seguridad privada.
“Te dicen que es playa privada, cuando la ley dice que son de todos los mexicanos”, añadió otro manifestante.
A pesar de la validez de las demandas, la escasa convocatoria contrastó con movilizaciones anteriores que lograron reunir a decenas de personas.
Esta vez, el reclamo colectivo se vio reducido a un pequeño grupo que, aunque firme en su postura, no logró gran visibilidad pública.
Algunos asistentes atribuyeron la baja participación al miedo a represalias, la falta de difusión y el desencanto social ante la falta de resultados tras protestas anteriores.
Sin embargo, insistieron en que la lucha debe continuar para garantizar el acceso libre y equitativo a las playas de Tulum, especialmente en un contexto donde la expansión del turismo ha marginado a la población local.
