Roberto Lemus / Grupo Cantón
Esto ha impactado directamente a las familias, donde sus ingreso no alcanza para lo más básico.
Tulum. – Tulum se ha convertido en una de las ciudades más caras del estado. Además del encarecimiento natural por la inflación, comerciantes locales están inflando los precios, sobre todo en zonas turísticas y comerciales.
Esto ha impactado directamente a las familias que viven en colonias populares, donde el ingreso no alcanza para lo más básico.
De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), la inflación general en México fue de 3.59% anual en enero de 2025.
Sin embargo, en un recorrido realizado por este medio se identificó que productos básicos como la tortilla, el gas, el pollo y la leche han subido entre 20% y 60% en comparación con el mismo periodo de 2024.
En Tulum, el kilo de tortilla que costaba $18 hace un año, ahora se vende entre $23 y $28. La leche ultrapasteurizada de un litro, que antes se ofrecía en $22, hoy cuesta hasta $30.
La pechuga de pollo ha pasado de $95 a $125 por kilo. El huevo, el pan de caja y el aceite también han aumentado más de lo que marcan los índices oficiales.
“Tulum es un pueblo caro. Aquí todo cuesta más porque hay mucho turismo, y los que vendemos tenemos que comprar caro también”, comentó don Ramón Pech, dueño de una tienda de abarrotes en Tumben Káh. “Pero hay quienes se pasan. Hay productos que ya vienen inflados desde el proveedor y otros donde el mismo comerciante le sube de más, por si el cliente paga sin chistar”.
Este fenómeno no se limita a la zona hotelera. En colonias como La Veleta, Aldea Zama, Tumben Káh o Guerra de Castas, los precios de productos de uso diario están por encima del promedio nacional.
Muchos alimentos como el plátano, la carne y las legumbres han incrementado su precio entre 10 y 25% solo en lo que va del año, según datos actualizados del INEGI.
“Aquí la gente ya no compra como antes. Me piden tres huevos, tortillas por diez pesos, una bolsita de frijol. Es triste, porque uno ve que no alcanza”, agrega don Ramón. “Y aún así hay proveedores que cada semana te cambian el precio. No hay estabilidad”.
Por su parte, doña Elvia, vendedora de frutas en el mercado, señaló que cada semana tiene que ajustar los precios para no perder. “A veces me dicen que está caro, pero ni modo, todo sube. Y no es porque yo quiera, es porque así me lo venden”.
A pesar del crecimiento de infraestructura y la llegada de nuevos desarrollos inmobiliarios, el poder adquisitivo local sigue siendo bajo.
Muchos trabajadores del sector turístico ganan sueldos mínimos mientras enfrentan rentas y productos al precio de una ciudad turística internacional.
“El turista no pregunta cuánto cuesta una leche o un aguacate, lo paga y ya. Pero el trabajador sí. Por eso es injusto que aquí las cosas cuesten lo mismo o más que en Cancún o Playa del Carmen, cuando la mayoría gana menos”, opinó un consumidor en la colonia 2 de Octubre.
Analistas económicos ya advierten que 2025 será un año difícil.
El Banco de México ajustó su pronóstico de crecimiento a solo 0.1%, lo que refleja una economía interna débil, con bajo consumo y poca inversión en regiones como el sur del país.
En Tulum, mientras tanto, los precios siguen al alza. La brecha entre los precios de zona turística y las posibilidades de las familias locales parece agrandarse cada mes. Y aunque los índices oficiales digan otra cosa, la realidad en los anaqueles es otra.
