Roberto Lemus / Grupo Cantón
TULUM.— Las playas de Tulum enfrentan una nueva crisis ambiental que ya impacta la actividad turística: el sargazo.
Durante los últimos días, el recale masivo de esta macroalga ha desbordado la capacidad de respuesta de las autoridades y ha obligado a hoteles y prestadores de servicios turísticos a implementar estrategias de emergencia para mantener operativa la franja costera.
Empleados de distintos sectores, como meseros, bartenders, garroteros y personal de recepción, han sido asignados a labores de limpieza en la playa, ante la imposibilidad de atender el recale únicamente con el personal habitual de mantenimiento.
“Esta semana ha habido demasiado sargazo. Aunque tenemos brigadas para limpiarlo, ya no nos damos abasto. Todos los compañeros estamos ayudando”, compartió Ángel, trabajador de un hotel en la zona costera.
La situación ha comenzado a impactar directamente la experiencia del visitante.
Turistas han expresado su inconformidad por las condiciones de las playas, lo que ha derivado en cancelaciones anticipadas o cambios de hotel.
“Nos preguntan si hay playas sin sargazo, pero lamentablemente todas están igual. Muchos ya no disfrutan su estancia y prefieren irse”, señaló Carmen, recepcionista de un centro de hospedaje.
El sargazo no solo afecta la imagen del destino; también representa un duro golpe económico para trabajadores que dependen del flujo turístico en la zona. Armando, mesero en un club de playa, comentó que la baja afluencia de visitantes ha reducido sus ingresos:
“Cuando hay mucho sargazo, la gente no renta camastros ni se queda en la playa. No hay propinas, no hay consumo, y eso nos pega a todos”.
De acuerdo con datos oficiales, al cierre de mayo de 2025 la Zona Federal Marítimo Terrestre (Zofemat) reportó la recolección de 513 toneladas de sargazo, lo que representa un aumento de entre el 20 y el 25 por ciento respecto al mismo mes del año anterior, cuando se retiraron 412 toneladas.
“Estamos viendo un incremento considerable que atendemos con las brigadas disponibles. Esta será una temporada fuerte”, confirmó Juan Antonio Garza, director de Zofemat en Tulum.
A pesar de los esfuerzos coordinados por la autoridad y la iniciativa privada, hay tramos de playa donde el sargazo permanece acumulado por horas, generando malos olores y complicaciones logísticas para su retiro y disposición.
Montículos de alga se amontonan cerca de la línea costera, mientras crece la preocupación entre comerciantes, hoteleros y trabajadores del sector turístico.
El fenómeno del sargazo, recurrente en el Caribe mexicano, vuelve a poner en evidencia la fragilidad del modelo turístico de sol y playa. En Tulum, la comunidad laboral se reorganiza a contrarreloj para contener los efectos de un recale que amenaza con prolongarse y deteriorar aún más la imagen del destino ante sus visitantes.
