Tulum.- La venta de cocos en Tulum enfrenta un periodo de baja demanda, con una caída del 50% en las ventas tras el inicio del año. Aunque en enero hubo un buen movimiento, la disminución del turismo posterior a las festividades decembrinas ha impactado a los comerciantes, quienes ahora depositan su esperanza en la próxima temporada vacacional para recuperarse.
“Empezamos bien el año, pero a estas fechas, por los eventos que terminaron, bajó un poco el movimiento. Mayormente vendemos en las tardes, cuando hay más gente en la calle, pero en el día depende mucho del clima. Si llueve, no llega tanta clientela y nos afecta”, explicó un vendedor local conocido como “El Tigre”, quien lleva años dedicándose a este negocio y atiende su puesto sobre la avenida principal de Tulum.
Uno de los factores que incide en los costos del producto es su origen foráneo. A pesar de ser un destino tropical, Tulum no cuenta con cultivos propios de coco, por lo que el producto es traído desde Bacalar y Felipe Carrillo Puerto, elevando su precio.
El costo de un coco fresco varía entre 60 y 90 pesos, dependiendo del tamaño, pero en zonas turísticas puede llegar a ser significativamente más alto. En los restaurantes, el precio alcanza entre 100 y 150 pesos, mientras que en la zona hotelera y las playas, la demanda y el entorno exclusivo elevan el costo hasta 200 o incluso 250 pesos por pieza.
“Aquí en el pueblo ajustamos los precios para la gente local, porque sabemos que todos están luchando con sus gastos. Al final, se trata de apoyar a la comunidad”, comentó El Tigre, destacando que la mayoría de sus clientes son residentes y visitantes de Playa del Carmen y Cancún.
Para los comerciantes, la posibilidad de cultivar coco en Tulum podría reducir costos y beneficiar tanto a vendedores como a consumidores.
“Si hubiera más siembra de coco en la zona, bajaría el precio y se activaría la economía local. Los productores venderían su cosecha y nosotros podríamos ofrecer un producto más económico para la gente del pueblo y turistas”, afirmó el comerciante.
Actualmente, la venta de cocos en el centro de Tulum es reducida, con pocos vendedores ambulantes ofreciendo agua de coco en la vía pública. En contraste, los restaurantes y establecimientos turísticos concentran la mayor parte del comercio, con precios considerablemente más altos.
Los comerciantes del sector ven en la Semana Santa una oportunidad clave para mejorar sus ingresos. La afluencia de turistas nacionales e internacionales durante esta temporada podría impulsar nuevamente la demanda, permitiendo recuperar parte de las pérdidas sufridas en los primeros meses del año.
