REDACCIÓN / GRUPO CANTÓN
Cancún.- El obispo Pedro Pablo Elizondo Cárdenas, al frente de la Diócesis Cancún-Chetumal, ha expresado duras críticas hacia la estrategia de “abrazos, no balazos” del gobierno federal para enfrentar la delincuencia organizada. En una entrevista reciente, Elizondo Cárdenas calificó esta política como errónea y señaló que la creciente inseguridad en la región y el país refleja su ineficacia.
El obispo comentó que la población en general está preocupada por el aumento de la delincuencia, aunque tanto el presidente Andrés Manuel López Obrador como la presidenta electa Claudia Sheinbaum parecen no compartir esta preocupación. Elizondo Cárdenas citó un diagnóstico reciente de los obispos de México sobre la inseguridad, el cual, según él, fue ignorado por Sheinbaum.
“Ella no va a cambiar de estrategia, porque ‘abrazos, no balazos’. ¿Entonces qué nos espera? Pues más de lo mismo, y más incremento de delitos de todo tipo,” afirmó el obispo. Además, reportó que varias iglesias en Cancún han sido víctimas de asaltos, sin que se haya producido ninguna detención significativa, lo cual agrava su frustración con la política actual.
En cuanto a la situación de Venezuela, el obispo se solidarizó con los manifestantes venezolanos que se manifestaron recientemente en Cancún. Elizondo Cárdenas criticó el gobierno de Nicolás Maduro, al que calificó de dictadura, y condenó el presunto fraude electoral que, según él, ha permitido a Maduro permanecer en el poder.
“Creo que el mundo está viendo esta situación tan dolorosa y trágica para tantos hermanos venezolanos. Ellos deben tener la esperanza de que esto terminará tarde o temprano y se impondrá la voluntad del pueblo,” declaró el obispo.
Finalmente, Elizondo Cárdenas expresó su preocupación de que el gobierno federal mexicano esté intentando imponer un régimen comunista en el país, comparando esta posibilidad con la situación en Venezuela. “Rezo por ellos y rezo por México, porque México quiere ser otra Venezuela, y ese camino ya está bastante claro, que no lleva a nada bueno,” concluyó.
Estas declaraciones reflejan el descontento y la preocupación del líder religioso por la situación de seguridad y la política nacional, mientras la comunidad continúa enfrentando desafíos significativos tanto a nivel local como global.
