AGENCIA SIM / Grupo Cantón
CHETUMAL.- Cada año en Quintana Roo se producen cerca de dos millones de toneladas de caña de azúcar en los cañaverales del sur del estado. Esta producción moviliza a miles de familias, incluyendo niños, niñas y adolescentes que trabajan largas jornadas en condiciones precarias, según un reportaje de la revista de investigación Gatopardo.
Aunque no hay cifras oficiales precisas sobre el número de niños trabajando en la zona cañera, el Consejo Nacional de Fomento Educativo (Conafe) indica que en las ocho escuelas que opera en la región hay 207 estudiantes de preescolar y primaria. Estos niños, de entre cinco y doce años, han migrado con sus familias para trabajar en la zafra.
Norma Gabriela Salazar Rivera, secretaria ejecutiva del Sistema de Protección Integral de Niñas, Niños y Adolescentes (Sipinna), explicó a un medio internacional que muchos niños no se matriculan en el sistema educativo y se encuentran en las galeras o trabajando en los campos. “Desde el inicio de la actual administración hasta finales de 2022, el Sipinna contabilizó a 588 niños, niñas y adolescentes durante las brigadas de atención integral en la zona cañera”, detalló Salazar Rivera.
La situación es especialmente crítica para las niñas, que frecuentemente permanecen en las galeras cuidando a sus hermanos menores debido a la falta de guarderías. Salazar Rivera subraya que “los cañaverales del Caribe son donde más se ve claramente el patriarcado perpetuándose”.
En 2023, se emplearon 2,800 cortadores de caña para cosechar más de 34,000 hectáreas, generando cerca de 30,000 empleos directos e indirectos. Los productores contratan ‘cabos’ para reclutar jornaleros, principalmente de Chiapas, Oaxaca, Veracruz, Guerrero, Campeche, Tabasco y, en menor medida, de Belice y Guatemala.
Las condiciones de vida de estos trabajadores son deplorables. Viven en galeras, cuartos sin ventanas y con techos de lámina ubicados al borde de la carretera, sin sistema de alcantarillado, fosas sépticas ni regaderas. Estas condiciones exponen a los menores a diversas enfermedades y otros riesgos.
“Desde el inicio de la actual administración hasta finales de 2022, el Sipinna contabilizó a 588 niños, niñas y adolescentes durante las brigadas de atención integral en la zona cañera.”