Jazmín Ramos / GRUPO CANTÓN
CANCÚN.- Tras señalar en México no se cumple la ley respecto al tratamiento de las aguas residuales, ya que se carece de tecnología, el investigador de la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY), Raúl Díaz Gamboa, alertó que si los gobiernos siguen permisivos sobre los vertidos de aguas negras la perdida de la biodiversidad será irreversible.
En entrevista para Quintana Roo Hoy, luego de presentar su ponencia en el Segundo Foro por el Océano, el también presidente electo de la Sociedad Mexicana de Mastozoología Marina, aseguró que el país las aguas negras se vierten a los mantos freáticos sin un tratamiento real, por lo que están cargadas de metales pesados que daña la biodiversidad.
“No hay plantas de tratamiento de aguas en México, la que se promueven como tal, únicamente retiran ciertos elementos nocivos, pero ese líquido no es apto para el uso humano o para el riego, es inservible, está llena de metales pesados que afectan el ambiente”.
Comentó que solo algunos países desarrollados cuentan con la tecnología para el tratamiento del agua entre ellos Francia, pues el agua si puede consumirse después de pasar por los procedimientos que limpian el líquido, entonces las industrias en México solo hacen una limpieza superficial de los vertidos negros.
“Es más, el agua que llega a los hogares, ni siquiera es potable, nadie puede consumir ese líquido porque afectaría su salud, por lo tanto, partiendo de ahí, usamos agua contaminada, ya que la concesionaria en el caso de Cancún -Aguakan- solo la entuba, sin ningún tratamiento”.
Comento que existe leyes que obliga a los gobiernos a garantizar el agua potable, pero no se aplican, es más, es su responsabilidad que la ciudadanía tenga derecho al vital líquido y lo que hace es concesionar a las empresas extranjeras que lo único que hacen es entubar el agua y no las obliga a tratar los vertidos con base a lo que señala la ordenanza.
“Si continúan siendo permisivos con las empresas y no aplican la ley, los efectos serán irreversibles, estamos viendo impactos negativos en la biodiversidad, especies en peligro de extinción, perdida de manglares y afectaciones severas en los arrecifes”,
Ante ello, consideró que es urgente que los gobiernos hagan cumplir las leyes ambientales porque el panorama no es muy alentador al grado que llegará el día en que se tenga que pagar cantidades inimaginables para obtener agua apta para el consumo humano.
