REDACCIÓN / GRUPO CANTÓN
CANCÚN.- Ante el aumento de la inflación, más familias han optado por consumir agua purificada de dispensadores locales, aunque esto conlleve riesgos para su salud.
Y es que la Comisión para la Protección Contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) ha incrementado las sanciones contra estos establecimientos debido a la falta de cumplimiento con los estándares de calidad del agua, lo que ha causado un aumento en enfermedades gastrointestinales.
Así que en lo que va del año, 23 expendios de agua purificada han sido clausurados, superando los 17 cerrados durante todo el 2023. Estas sanciones incluyen multas y exhortos para que los establecimientos adecúen sus instalaciones y garanticen la entrega de agua segura para el consumo humano.
El crecimiento de estos expendios se ha visto impulsado por su precio accesible, con medio botellón de agua a un costo de entre 5 y 7 pesos, en comparación con los garrafones de grandes empresas que ahora se venden por 44 pesos, casi 13 pesos más que hace dos años.
Sin embargo, muchas de estas dispensadoras no cumplen con los estándares mínimos de calidad, y se han detectado en sus muestras algas, moho e incluso excrementos. Las multas impuestas varían entre los 8 mil y 86 mil pesos, además de la clausura de los establecimientos infractores.
