Vocera de Uber presenta denuncias ante FGE por amenazas y privación de la libertad
AGENCIA SIM / Grupo Cantón
CANCÚN.- Por amenazas de muerte y privación de la libertad, Águeda Esperilla Soto, vocera de los conductores de Uber en la ciudad, procedió legalmente ante la Fiscalía General del Estado (FGE).
Informó, en compañía de sus abogados, que las denuncias son contra quien o quienes resulten responsables.
Indicó, además, que ya cuenta con medidas de protección.
Recordó que el jueves 19 de septiembre, fue retenida por elementos de la Guardia Nacional y por presuntos taxistas “piratas” en el aeropuerto de Cancún, cuando recogía a unos amigos, sin embargo, fue dejada en libertad minutos después, sin ninguna multa.
Esto, dijo, generó el enojo de los transportistas, quienes esperaban que fuera retenido su auto y que fuera sancionada, como ha pasado con otros operadores de Uber.
Señaló que en los videos que presentó como pruebas se irán identificando a las personas responsables.
Relató que ese mismo día, pero en la noche, apareció una manta con mensaje amenazantes hacia su persona, en la Supermanzana 64.
“Los quiero hacer responsables directos (a los transportistas “piratas”) de cualquier cosa que me pase a mi familia o a mi, así como a cualquier compañero”, expresó.
Sus abogados indicaron que una vez que apareció la narcomanta la noche del jueves, de inmediato solicitaron a la Fiscalía las imágenes de las cámaras de los alrededores para ubicar a la persona que la colocó.
La vocera de los operadores de Uber mencionó que no es la única amenaza que ha recibido, ya que también a recibido mensajes en sus redes sociales.
Por esta razón están exigiendo a la Fiscalía una investigación inmediata y exhaustiva.
“Lo que sí es un hecho es la protección que tiene esta gente por parte de la autoridad, esta gente no podría hacer eso si no estuviera protegida y se supone que la Guardia Nacional está dentro del aeropuerto justo para poner orden, cosa que no está pasando”, lamentó.
Recalcó que lo que está pasando el aeropuerto de Cancún es muy grave.
“No sé que tenga que pasar para que la autoridad tenga que poner orden”, concluyó.