Jazmín Ramos / Grupo Cantón
Cancún.- Ante la iniciativa de clasificar el sargazo como un recurso pesquero, se abre la posibilidad de que Quintana Roo se convierta en punta de lanza para desarrollar la industria sustentable a partir del aprovechamiento de la macroalga, con un mercado potencial de 130 millones de dólares, donde ya hay interés por invertir de 10 empresas europeas.
Con ello, según los hoteleros, especialistas e incluso las propias autoridades ambientales, no solo se atendería el grave problema ambiental que implica el recale del sargazo, sino que se aprovecharía al 100 por ciento, generando oportunidades de negocios en la bioenergía y en la agroindustria.
Aunque si bien el proceso para considerar a la macroalga como un recurso pesquero implica el cumplimiento de normas e investigaciones científicas, así como reglamentos que involucran diversas dependencias ambientales, ya hay avances; esto de acuerdo a datos del Instituto Mexicano de Investigación en Pesca y Acuacultura Sustentable (Imipas).
De hecho, el año pasado la Asociación de Hoteles de la Riviera Maya (AHRM) y The Seas We Love (TSWL) firmaron una carta de colaboración con el Imipas precisamente para promover la cooperación técnica a establecer acciones que permitan gestionar regionalmente el arribo del sargazo de manera sostenible en Quintana Roo.
En ese sentido, el líder hotelero, Toni Chaves Palomo, dijo que es un gran avance el que se esté trabajando para que la macroalga sea considerada un recurso pesquero, pues esto abrirá la puerta a la inversión tanto pública como privada e incluso de organismos internacionales que financian proyectos ambientales.
“Para ello se requiere dar cumplimiento a normas del Imipas quien ya facilitó las plataformas tecnológicas para realizar los estudios, mientras que los hoteleros y The Seas We Love, colaborarán en la búsqueda de financiamiento para la investigación del sargazo y sus dinámicas en el Caribe Mexicano”.
Recurso pesquero
Bajo ese contexto, el director del Instituto de Investigación en Pesca y Acuacultura Sustentables, Alvin Suárez Castillo, añadió que para que el sargazo se clasifique como un recurso pesquero se requieren investigaciones sobre el recurso, de donde viene y el rol que tiene, su composición química, su característica, así como la cantidad que llega a las costas.
Indicó que es un proceso en el que también se debe desarrollar tecnología para la recolección y captura con el propósito de que sea una pesca sostenible y sustentable, con el menor impacto al medio ambiente.
Con base en esos señalamientos, Ignacio Muñoz, CEO de Seas We Love, indicó que hay un gran potencial en Quintana Roo para convertir un problema ambiental en una industria sustentable y, si bien dijo que no será una tarea fácil, se están sentando las directrices para ello.
Explicó que actualmente el sargazo es un recurso desaprovechado en el que el sector hotelero destina alrededor de 2 mil 500 millones de pesos para combatirlo, sin obtener ninguna clase de retorno, de ahí, la importancia de que se categorice como recurso pesquero.
Actualmente, refirió que la macroalga se recolecta en las costas, lo que implica un mayor gasto, efectos negativos en el turismo y a los ecosistemas; entonces, al recolectarla en altamar, disminuirá cinco veces el costo de captura y con un retorno de inversión.
Mencionó que hay infinidad de empresas interesadas en invertir en el aprovechamiento del sargazo que impulsaría la industria sustentable en la región; incluso Seas We Love va muy avanzando en su propio proyecto.
En este caso, refirió, invertirán en la región entre 200 y 300 millones de dólares en la producción de biogás a base de sargazo, este plan se aplicará por fases y tendría los primeros resultados en el 2028.
“La idea es valorizar la macroalga como biomasa, transformándola en tres tipos de bioenergía: biogás, biometano y combustible sostenible para la aviación”.
No obstante, consideró que el sargazo puede tener otros usos en las agroindustrias, destacando los biofertilizantes y mejoradores del subsuelo que beneficiarán al campo, pero sobre todo reducirá la dependencia de insumos importados.
Adelantó que hay varias empresas interesadas en aprovechar el sargazo, cuyos proyectos están en evaluación de las autoridades ambientales; de esos, los más sólidos serán elegidos.
Cabe señalar que, para atender el problema del sargazo, solo en el año pasado la Secretaría de la Marina (Semar) y el gobierno del estado destinaron más de 125 millones de pesos, cuya temporada finalizó con la recoleta de aproximadamente 40 mil toneladas.
A ese recurso se suma el presupuesto que destina individualmente los hoteleros para contener y limpiar el sargazo, entre 70 mil y 90 mil pesos mensuales; en sí, con base a datos de los propios resorts, la macroalga representa una derrama anual de 130 millones de dólares.
Recale, dolor de cabeza
Es más, el expresidente de la Asociación de Hoteles de Cancún, Puerto Morelos e Isla Mujeres, Jesús Almaguer Salazar, comentó que, durante la temporada de sargazo, cada resort puede contratar hasta 300 colaboradores para lidiar con la contención de la macroalga y algunos invierten en barreras antisargazo.
Señaló que, aunque no hay un censo específico de cuánto invierte cada hotel, las empresas ajustan su planificación según el comportamiento de la macroalga, es decir, depende de la zona en la que se encuentren los hoteles.
En sí, lidiar con el sargazo en Quintana Roo implica un impacto significativo en las finanzas públicas, así como un presupuesto adicional a los gastos operativos de los hoteles, pues finalmente la macroalga sí afecta la experiencia de los turistas que visitan el Caribe Mexicano.
Por ello, los hoteleros y especialistas en servicios medioambientales promueven que el sargazo, que es un problema que llega desde el mar, sea en el mar donde se de soluciones, de modo que se han congratulado de que la macroalga se categorice como un recurso pesquero.
Esta medida, con base en estudios presentados en un foro de la macroalga con la Embajada de Países Bajos, puede reducir entre un 70 y un 85 por ciento el recale del sargazo a las costas, y es hasta cinco veces más rentable el manejo que cuando toca tierra.
En ese mismo evento se dio a conocer que había unas 10 empresas europeas interesadas en aprovechar el sargazo que recala a la costa de Quintana Roo e incluso buscarían instalarse en la región lo que implica inversión y fuentes de empleos.
Además, con ello se impulsarían proyectos que pueden financiarse con recursos privados y fondos que brinda la Unión Europea (UE) y otros organismos internacionales que apoyan temas ambientales.