Cultura

Proyecto penitenciario “Teatro desde la Libertad Interior” prepara pastorela

Jocelyn Díaz / Grupo Cantón

Un proceso artístico que apuesta por la comunidad, la dignidad y el poder transformador del escenario dentro de la Cárcel de Cancún.

Cancún.- Con el objetivo de transformar a través del arte, el Instituto de la Cultura y las Artes arrancó el programa Teatro desde la Libertad Interior, mismo que avanza con pasos firmes dentro del Centro de Reinserción Social de Cancún. Este proyecto, inició en septiembre bajo la coordinación de Daniel Canché con un taller intensivo de un mes que sembró las bases para una experiencia teatral inédita para los internos: la creación y montaje de una pastorela original.

La obra, titulada “El camino a Belén… ¿o a dónde era?”, escrita y dirigida por el actor Daniel Canché, quien suma más de diez años de trayectoria escénica, marcará el debut del grupo el próximo 12 de diciembre, fecha en la que será estrenada dentro del penal ante familiares y otros internos, con varias funciones previstas.

El proceso ha sido, más allá de teatral, profundamente humano. Daniel trabaja con alrededor de 25 internos de martes a viernes, guiando un ejercicio donde la escena se convierte en un espacio de desahogo, convivencia y sanación.

“El principal objetivo es que hagan comunidad, que se distraigan, que encuentren otra motivación. Trato mucho de hacerlos sentir importantes, más allá de los delitos que hayan cometido”, comparte.

Desde su perspectiva, el encierro prolongado les ha arrebatado algo tan básico como ser tratados, y tratarse entre ellos, como seres humanos. El teatro, afirma, ha sido una vía para recuperar esa noción.

El montaje también ha permitido descubrir talentos inesperados: algunos destacan por su memoria, otros por su voz, otros por su chispa para la improvisación. El proceso avanza potenciando esas fortalezas individuales para integrarlas a un lenguaje escénico común. Actualmente, el equipo se encuentra en la etapa de producción, vestuario y escenografía, con el apoyo del creador escénico Óscar López.

Más allá de los avances artísticos, el cambio de dinámica entre los internos es quizá el logro más significativo. Quienes antes no se dirigían la palabra hoy se saludan, bromean y conviven. La comedia de la pastorela ha servido como puente para soltar la timidez, liberar carisma y fortalecer el respeto mutuo.

Para Daniel, impartir este taller ha representado también una responsabilidad profesional. Además de su experiencia escénica, se ha preparado específicamente en teatro penitenciario, tomando como guía el método de Jorge Correa, considerado el referente más importante en este ámbito.

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“Me estoy documentando, investigando y usando todas las herramientas que he recibido a lo largo de mi formación para llevarlas a la cárcel”, explica.

El próximo estreno será más que una función: será la celebración de un camino compartido, de un proceso transformador que demuestra que el arte, incluso en los espacios más adversos, abre puertas invisibles.