CANCÚN.- La contaminación de los manglares situados entre las avenidas Punta Sam y Puerto Juárez, en los límites de Cancún y la Zona Continental de Isla Mujeres, ha encendido las alarmas entre ambientalistas y residentes locales.
A pesar de los esfuerzos por proteger este ecosistema vital, la acumulación de desechos como latas, botellas, garrafas de aceite y bidones de gasolina sugiere una creciente crisis ambiental en la región.
Este fenómeno, aunque no es nuevo, se vuelve cada vez más evidente. Los manglares, esenciales para el equilibrio ecológico costero y hogar de especies en peligro de extinción, están siendo invadidos por basura, presumiblemente generada por actividades humanas.
La falta de un sistema adecuado de recolección de residuos, especialmente en áreas cercanas a zonas turísticas y de servicios, parece ser un factor clave en esta problemática.
Trabajadores de obras en las cercanías indican que muchos de los desechos provienen de conductores de transporte turístico que operan entre Cancún e Isla Mujeres, quienes utilizan la zona para estacionar sus vehículos.
Sin embargo, más allá de responsabilizar a un solo sector, el problema pone de manifiesto la urgente necesidad de contar con infraestructura adecuada para el manejo de residuos y una mayor supervisión por parte de las autoridades.
Aunque el turismo sigue siendo el motor económico de la región, su expansión sin un plan de manejo ambiental eficiente está poniendo en riesgo uno de los activos naturales más importantes de Quintana Roo.
Se espera que las autoridades municipales y estatales respondan pronto a este llamado, implementando medidas que frenen la contaminación y protejan los manglares antes de que el daño sea irreversible.
La sostenibilidad en el desarrollo turístico se está convirtiendo en un tema cada vez más presente en la agenda global.