Santiago Rodas / Grupo Cantón
Cancún.- La alerta no espera a la tormenta. Con paso decidido, la presidenta municipal de Benito Juárez, Ana Paty Peralta de la Peña, ha lanzado un operativo emergente para blindar a Cancún ante los estragos que podría causar el inminente frente frío que se aproxima al Caribe mexicano.
En un contexto de cambio climático cada vez más agresivo, donde una simple lluvia puede colapsar zonas urbanas mal preparadas, el Ayuntamiento ha activado una serie de acciones estratégicas que buscan minimizar riesgos y proteger a los ciudadanos.
La alcaldesa recorrió personalmente puntos neurálgicos como la Supermanzana 76 y la transitada avenida Bonampak, supervisando los trabajos que ya están en marcha.
“Este no es un simple mantenimiento, es una acción de prevención y de responsabilidad con Cancún. Nos adelantamos al problema, no esperamos a que nos inunde”, sentenció la presidenta municipal al encabezar las labores junto a brigadas de Servicios Públicos.
Con maquinaria especializada como la unidad Vactor y desasolvadoras, el municipio trabaja en el desazolve y mantenimiento de 32 pozos de absorción, limpieza de captadores pluviales y rehabilitación de áreas verdes.
Pero el frente frío no es la única amenaza: los basureros clandestinos se han convertido en un enemigo silencioso que obstruye sistemas de drenaje y agrava el problema.
“Estamos combatiendo los focos de infección que representan los tiraderos ilegales. Ya hemos clausurado varios y estamos aplicando sanciones. No vamos a permitir que unos cuantos pongan en riesgo la seguridad de todos”, advirtió Peralta de la Peña.
La presidenta pidió a los ciudadanos no bajar la guardia: evitar sacar basura fuera de horario, limpiar las banquetas y denunciar cualquier práctica irregular.
“Este es un llamado urgente. Si la ciudadanía no participa, cualquier esfuerzo se diluye. Todos tenemos una responsabilidad”, añadió.
La ofensiva municipal no solo busca evitar inundaciones, sino generar una cultura cívica de corresponsabilidad.
El ayuntamiento informó que se han recibido numerosos reportes ciudadanos sobre acumulación de basura, lo que ha permitido una reacción rápida por parte de las autoridades.
Con vigilancia activa, sanciones firmes y acciones inmediatas, Cancún se prepara para lo que venga del cielo.
Pero también apuesta por algo más profundo: una transformación urbana donde la prevención no sea la excepción, sino la norma.
Porque en esta ciudad que vive del turismo y del mar, cada tormenta es un recordatorio de que el futuro se construye con acciones concretas. Antes de que caiga la primera gota.