CANCÚN, QROO.- El aeropuerto internacional de Cancún mantiene medidas y técnicas obsoletas para el control de vida silvestre en las inmediaciones de sus pistas de aterrizaje y áreas de operaciones. Asur se niega a modernizarse, a pesar de que esto representa un riesgo inminente para los miles de pasajeros que a diario arriban o salen del destino vacacional. “Lo que está haciendo la administración del aeropuerto es un crimen que puede costar muchas vidas humanas”, acusa especialista.
El plan de manejo para un aeropuerto de este tipo no puede ser solamente para espantar aves (como hasta ahora), tiene que ser un programa completo para el control de vida silvestre, tanto de aves, reptiles, plagas y animales terrestres que provocan daños en instrumentos de navegación de aeronaves o invaden áreas importantes de operaciones en la terminal, considera Víctor Sumuano, especialista en manejo de vida silvestre por la Universidad Nacional Autónoma de México y Universidad de Yucatán.
“Ellos tienen gente que no es especializada en manejo de vida silvestre, entonces ponen en peligro a las personas que usan los aviones. El aeropuerto ha hecho caso omiso a mis recomendaciones. El accidente del jueves pasado es una prueba de que no está funcionando el sistema de manejo de vida silvestre en el aeropuerto de Cancún… El problema es que aquí están empecinados en utilizar perros, cuando esto es una técnica obsoleta en aeropuertos internacionales”.
“Los instrumentos de navegación, unos tubos que van por la parte de afuera de la aeronave, pueden ser tapados por avispas y poner en graves aprietos a los pilotos, las serpientes tienden a treparse por los trenes de aterrizaje y vuelan. El aeropuerto tiene coatíes, zorras, osos hormigueros, venados que se brincan las cercas y pueden provocar un accidente… entonces se necesita tener una unidad especializada permanente espantando a estos animales, porque un venado te tumba el tren de aterrizaje en un percance”.
Las unidades especializadas en vida silvestre tienen que trabajar de manera permanente con un plan anual basado en las estaciones del año, en elaboración de bitácoras y conocer el comportamiento permanente de aves, reptiles, plagas y animales terrestres, es por ello que Víctor Sumuano ha presentado un proyecto a la administración de Asur, el cual ha rechazado permanentemente desde hace algunos años.
“Somos 20 especialistas titulados en el país y le hemos ofrecido el servicio al aeropuerto de Cancún, pero estas personas solamente nos han puesto muchas trabas…. Tienen una convocatoria anual para ser proveedor del aeropuerto, y nos piden 10 años de declaraciones de impuestos, cosas absurdas que no son prácticas”.
“Cada año nos hemos acercado, cada año me invitan a la convocatoria, y simplemente nos hacen perder el tiempo desde los últimos cinco años… Yo se lo he dicho al director del aeropuerto: ‘ustedes tienen una bomba de tiempo, están poniendo en peligro a toda la gente que vuela a Cancún, porque no tienen un plan de manejo’, el asunto es que hacen no hacen caso”.
Insistió en que la utilización de perros adiestrados para ahuyentar aves es un medida descontinuada en aeropuertos, por lo que su proyecto incluye sistemas electrónicos, rehiletes de tierra, aeronaves manipuladas a control remoto (depredadores de motor)y otras medidas de seguridad.
“Aquí el crimen que está haciendo la administración aeroportuaria es este: ellos me piden perros para espantar aves, entonces yo les hice ver que los perros entrenados es una técnica de hace 20 años, ya no se usan perros, usamos drones con forma de aves depredadoras y aparte usamos láseres, detonaciones de escopetas y sembramos coyotes de plástico como rehiletes de aíre, son depredadores que las aves al verlos, entienden que no es una zona segura para descansar o anidar”.
Para finalizar, el especialista destacó que toda especie de ave puede ser peligrosa, particularmente gansos, garzas y grandes parvadas. “Una turbina puede tragarse un cuervo y lo hace puré, el problema son las aves grandes como los gansos, garzas, zopilotes, estos sí te pueden apagar una turbina”.
Por Francisco Javier Robles/Grupo Cantón
