REDACCIÓN / GRUPO CANTÓN
Un video que ha causado revuelo en la red social X se ha vuelto tendencia en varios países al mostrar una curiosa práctica en Tailandia: el alquiler de “novias” durante todo un día. En el clip, un joven y su amigo explican cómo los turistas pueden contratar a una “ladyboy” para que actúe como su pareja en selfies en la playa y otros lugares turísticos.
Las imágenes muestran al joven recorriendo una playa tailandesa, señalando que en el país es posible “rentar” a una persona transgénero por 24 horas. “Miren, no sé si ven que todas son parejitas. Acá puedes agarrar un ‘ladyboy’, pagas por el día y es tu novia; te puedes meter al mar y tomarte fotos con ella”, comenta el protagonista, provocando una mezcla de reacciones en las redes sociales.
El video ha suscitado debate no solo sobre la interacción de los turistas occidentales con las comunidades transgénero en Tailandia, sino también acerca del uso de terminología considerada inapropiada y los estereotipos asociados. Algunos usuarios han defendido al joven, argumentando que su comentario forma parte de la libertad de expresión, mientras que otros critican la superficialidad y objetificación de las mujeres trans.
El término “ladyboy” es una adaptación al inglés del tailandés “kathoey”, utilizado para describir a mujeres transgénero o a hombres gay con expresiones afeminadas. Aunque su uso es común en Asia, es controvertido en contextos occidentales, donde la designación más adecuada sería “mujeres transgénero”. Este término ganó popularidad en Tailandia durante la guerra de Vietnam, cuando el país se convirtió en un destino turístico para soldados estadounidenses.
La cultura tailandesa es reconocida por su apertura hacia diversas identidades de género, lo que permite a las kathoeys vivir de manera más visible en comparación con otros lugares. Esta realidad cultural contribuye a la percepción de Tailandia como un espacio donde las personas transgénero pueden ser más abiertas sobre su identidad y facilitar su transición de género. Sin embargo, la viralidad del video ha puesto de manifiesto las complejidades y sensibilidades que rodean estas interacciones y el lenguaje utilizado.