Mundo.- El régimen de Nicolás Maduro ha anunciado este martes que limitará a tres el número de diplomáticos acreditados en las embajadas de Francia, Italia y Países Bajos. Esta medida responde a lo que el gobierno chavista considera una “conducta hostil” de estos países, que han criticado las recientes elecciones en Venezuela y la investidura ilegítima de Maduro como presidente.
El pasado 28 de julio, Maduro fue proclamado vencedor en unas elecciones que la oposición y varios gobiernos internacionales calificaron de fraudulentas. El régimen venezolano, sin embargo, reivindica la victoria y acusa a gobiernos extranjeros de interferir en sus asuntos internos.
El canciller Yván Gil informó a través de su canal en Telegram que los diplomáticos de estos tres países deberán obtener autorización escrita de la Cancillería venezolana para desplazarse más de 40 kilómetros desde Caracas. Además, se destacó que el gobierno venezolano continuará tomando “acciones necesarias” para garantizar la estabilidad y soberanía del país.
Venezuela ha sostenido que la actitud de estos países refleja un apoyo a “grupos extremistas” y una intromisión en su política interna. La medida también está dirigida contra la intromisión de actores internacionales en la disputa por la presidencia venezolana, especialmente luego de que el presidente francés, Emmanuel Macron, conversara con la opositora María Corina Machado y con Edmundo González Urrutia, quien fue proclamado por la oposición como presidente electo tras las elecciones de julio.
Asimismo, la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, reconoció a González Urrutia como presidente legítimo de Venezuela, lo que desató la furia del régimen chavista. En septiembre, el gobierno venezolano ya había emitido una protesta formal a Países Bajos por haber ocultado la llegada de González Urrutia a la residencia de la embajada en Caracas, antes de solicitar asilo en España.
La Unión Europea también se ha pronunciado, afirmando que Maduro carece de legitimidad y sancionando a 15 personas involucradas en lo que califican como un socavamiento de la democracia en el país.
Este enfrentamiento diplomático refleja la creciente tensión entre el régimen de Maduro y varias naciones que rechazan su gobierno, mientras se intensifica la lucha por el reconocimiento internacional de la oposición venezolana.