MUNDO.- Este miércoles, la mente detrás de Wikileaks, Julian Assange, regresó a su natal Australia, ya como un hombre libre, siendo recibido por los locales con vitoreos y mensajes de apoyo, así como por sus familiares más cercanos quienes aprovecharon para mostrarle su afecto.
Cuando arribó al aeropuerto, Assange abrazó a su esposa y abogada, Stella Assange, así como a su padre, John Shipton, en el aeropuerto, mientras un pequeño grupo de seguidores aplaudía su llegada.
Assange, de 52 años, vive su liberación, así como el regreso a su país natal, tras una extensa batalla judicial que se prolongó durante más de una década, siendo exactos, un total de 12 años, reuniéndose con sus dos hijos pequeños de siete y cinco años, que tuvo con su esposa mientras estuvo en cautiverio.
“Espero que su vida sea un poco más tranquila y pase un año o algo más aprendiendo a caminar de nuevo por la playa, a sentir la arena en sus pies, a jugar con sus hijos con paciencia…”, dijo su padre a los medios de comunicación.
Cabe destacar que, la salida de Julian de la cárcel formó parte de un acuerdo con el gobierno de Estados Unidos, por lo que se declaró el miércoles culpable de un delito de espionaje frente a una corte federal de Saipán, capital de las Islas Marianas del Norte, un territorio estadounidense en el Pacífico Sur.
La jueza que presidió la audiencia le reconoció a Assange los cerca de cinco años que pasó encarcelado en Reino Unido, por lo que no quedó bajo custodia estadounidense y pudo recuperar su libertad. Assange abandonó la corte sin hacer declaraciones.
Este es el fin de un periplo que lo ha llevado a estar recluido durante 12 años: siete de ellos en la embajada de Ecuador en Londres y otros cinco en una cárcel de máxima seguridad británica, de donde salió el lunes tras llegar a un acuerdo con el Departamento de Justicia de EE.UU.