La Torre Eiffel, permanece cerrada desde el primer día del presente mes de agosto tras una huelga que los trabajadores comenzaron para protestar por las largas filas del gran ícono de París.
El cierre llegó luego de un conflicto laboral que la dirección y los trabajadores sostienen por el nuevo sistema de seguridad que regula la entrada al monumento,que según el personal está generando largas filas de espera.
Varios cientos de personas de entre los 6 millones de visitantes que cada año tiene este emblemático lugar, se han quedado con las ganas de visitar las entrañas de la torre.
Los sindicatos de los trabajadores están descontentos, entre otras razones, por la decisión de asignar elevadores separados a los visitantes que reservan boletos por internet y a los que los compran en las taquillas.
La dirección decidió también a principios de julio reservar la mitad de las entradas a los clientes en internet, frente a 20 por ciento de antes.
Los empleados afirman que estos cambios han resultado en filas desequilibradas en la que los visitantes sin boletos pueden esperar hasta tres horas y los que adquirieron sus boletos en la web hasta una hora, pese a que en principio éstos reservaron su hora de visita.
Hoy los turistas se mostraron furiosos y frustrados al encontrar la Torre con un letrero que anunciaba que estaba cerrada. Muchos de ellos la visitaban por primera vez y tenían la ilusión de ir a lo más alto de ella.
“Estoy muy triste, porque venimos desde Canadá”, señaló Adèle Liliane, que se llevó la mala sorpresa de encontrar cerrada la llamada “dama de hierro”.
“Claro que quiero subir. Es la Torre Eiffel, cuando vienes a París quieres ver la Torre Eiffel”, dijo Robin Frye, un turista inglés. “Es frustrante. Francamente arruina todo nuestro viaje“, agregó.
Llevo “28 años esperando venir y hoy está cerrada”, se lamentaba María, una venezolana. “No me parece justo para los turistas que venimos desde tan lejos”.
Esta tarde, los empleados participaron en una asamblea general para debatir las propuestas presentadas por la compañía que gestiona la Torre Eiffel, SETE, que señaló en un comunicado que “es consciente de la decepción de los visitantes debido al cierre del monumento y en su impacto en la imagen tanto de la ciudad como del país”.
“Pedimos disculpas a todos, parisinos y franceses, así como turistas extranjeros”, añadió.
“Es una pena llegar a este punto, penalizar a la gente, pero hicimos todo lo posible para evitarlo”, dijo por su parte Denis Vavassori, representante de la CGT.
Aunque es un hecho que causa un impacto grande, esta no es la primera vez que el monumento cierra sus puertas a los turistas. En abril permaneció cerrada durante varios días por una huelga de personal.
Afortunadamente, la dirección y los sindicatos afirmaron que la Torre volvería a abrir el viernes a las 9 horas.