REDACCIÓN / GRUPO CANTÓN
Moscú, Rusia. – El presidente Vladimir Putin promulgó este martes una nueva doctrina nuclear para Rusia, en un contexto marcado por el primer ataque de Ucrania con misiles ATACMS de fabricación estadounidense en territorio ruso, un hecho que se produjo en el día en que la guerra entre ambos países cumplió mil días. Este decreto, que entra en vigor hoy, establece una postura más ambigua y flexible sobre el uso de armas nucleares, dejando abierta la posibilidad de que Rusia pueda recurrir a su arsenal atómico en una serie de escenarios que aún no están completamente definidos.
La renovada doctrina permite a Rusia interpretar y activar su respuesta nuclear si considera que su “soberanía e integridad territorial” están bajo amenaza, ya sea por ataques convencionales, drones o incluso por el apoyo de potencias nucleares a un agresor. La falta de claridad sobre qué constituye una “amenaza crítica” o cuántos misiles deben ser lanzados para justificar una respuesta nuclear, otorgan al Kremlin un amplio margen de maniobra, especialmente en un momento de tensiones intensificadas con Occidente y la OTAN.
Entre las nuevas pautas, se contempla que un “ataque conjunto” podría ser declarado si una nación sin armas nucleares recibe respaldo de potencias nucleares como Estados Unidos, Francia o Gran Bretaña, quienes han brindado apoyo militar a Ucrania durante la guerra. Aunque expertos no creen que el Kremlin arriesgue un conflicto nuclear devastador, el nuevo enfoque de la doctrina también deja espacio para una “disuasión nuclear” ante la presencia de sistemas de defensa antiaérea o misiles cerca de las fronteras rusas, particularmente con la OTAN.
A pesar de la ambigüedad del texto, la doctrina subraya que Rusia solo recurrirá a sus armas nucleares “como medida extrema y cuando no quede otra opción”, lo que, por un lado, reduce la inmediatez de un ataque nuclear, pero, por otro, ofrece al Kremlin una herramienta de presión en las negociaciones.
El anuncio se produce horas después de que Ucrania lanzara un ataque con misiles ATACMS en la región de Briansk, un ataque que el canciller ruso, Serguei Lavrov, vinculó directamente a la escalada de la guerra, acusando a Estados Unidos y Ucrania de buscar intensificar el conflicto. La noticia también llega en el contexto de la cumbre del G20 en Brasil, donde la comunidad internacional no expresó preocupación formal sobre la nueva postura nuclear rusa.
Por su parte, el presidente ucraniano Volodymyr Zelensky lamentó la falta de respuesta por parte de los miembros del G20 sobre el decreto nuclear de Putin, y reafirmó que Ucrania continuará luchando hasta alcanzar una “paz justa y duradera”. En tanto, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, reiteró que la “operación militar especial” de Rusia seguirá adelante hasta alcanzar sus objetivos.
Este cambio en la doctrina nuclear rusa refuerza la presión sobre Ucrania y sus aliados, y plantea un nuevo nivel de incertidumbre sobre el futuro de la guerra en Europa del Este, mientras las tensiones entre Rusia y Occidente parecen seguir escalando sin una solución a la vista.