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23 abril, 2024

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Paraguay, primer país de América libre de malaria tras Cuba

Paraguay acaba de ser reconocido oficialmente por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como país libre de malaria. Después de siete años sin un solo caso autóctono, un comité de expertos ha certificado que la enfermedad es parte del pasado y que, de resurgir, sería capaz de atajar con efectividad un brote. El anterior país de América que había alcanzado este logro fue Cuba en 1973.

El camino para conseguir decir adiós al paludismo no es fácil ni corto. Como recuerda la OMS en un comunicado, Paraguay comenzó su lucha contra la malaria en los años cincuenta del siglo pasado: “Desarrolló sistemáticamente políticas y programas para controlarla y eliminarla, un importante desafío de salud pública para un país que reportó más de 80.000 casos de la enfermedad en la década de 1940”.

¿Cuáles son estas estrategias? El parásito que causa la malaria viaja de unas personas a otras a bordo de la especie de mosquito Anopheles, que con sus picaduras va extendiendo la epidemia. Luchar contra él es una de las patas fundamentales para acabar con el paludismo: mosquiteras, higiene para que no anide en aguas estancadas, fumigación de viviendas y educación a la población para que aplique todas estas medidas son iniciativas cruciales en la eliminación de la enfermedad. El otro eje es la salud pública: sistemas que detecten y traten a los enfermos en el menor tiempo posible para no dar tiempo al parásito a expandirse. Por muchos mosquitos que haya, si pican a gente sana, no tendrán enfermedad que transmitir.

Con estas armas se consigue que los países vayan reduciendo paulatinamente los casos. Como ocurre con casi todo, los primeros avances son rápidos y significativos, pero lo que en estos ámbitos se conoce como la última milla, el pasar de muy pocos a cero, y conseguir mantener esto en el tiempo, es algo más complicado.

Existen cuatro especies del parásito que causa la malaria. En Paraguay eran endémicos dos, el Plasmodium falciparum, cuyo último caso registrado se produjo en 1995, y el P. vivax, que se eliminó en 2011. A partir aquí, el Gobierno, con la ayuda de organismos internacionales como la OMS y el Fondo Mundial de lucha contra el sida, la tuberculosis y la malaria, lanzó un plan quinquenal para consolidar los logros, evitar el restablecimiento de la transmisión y prepararse para la certificación. Las actividades se centraron en la gestión consistente de los casos, el compromiso con las comunidades y la educación para sensibilizar a las personas sobre las formas de prevenir la transmisión del paludismo y sobre el diagnóstico y las opciones de tratamiento.

En 2016, en la siguiente fase de la campaña de eliminación, el Ministerio de Salud lanzó una iniciativa de tres años para potenciar las habilidades de los trabajadores de salud que trabajan en primera línea, en contacto con las comunidades más vulnerables. “El país fortaleció su capacidad para prevenir enfermedades, identificar casos sospechosos, diagnosticar con precisión y brindar un tratamiento oportuno, estrategias clave para enfrentar la amenaza de importación de malaria de países endémicos en otras partes de las Américas y África subsahariana”, asegura la OMS.

Finalmente, en abril de 2018, el Panel de Certificación para la Eliminación de la Malaria concluyó que Paraguay había interrumpido la transmisión autóctona durante los tres años necesarios y que tenía la capacidad de evitar el restablecimiento de la transmisión.

“Este es un poderoso recordatorio para la región de lo que se puede lograr cuando los países se enfocan en un objetivo importante y se mantienen vigilantes después de lograr ese objetivo. Tenemos la esperanza de que otros países se unan pronto a Paraguay en la eliminación de la malaria “, ha dicho Carissa F. Etienne, directora de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), poco antes de la certificación oficial, que se hará este lunes 11 de junio en el Segundo foro anual global de países que están eliminando la malaria, que se celebra hasta el día 13 en San José, Costa Rica.

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Son 21 los países que, según los expertos de la OMS tienen el potencial para eliminar el paludismo de aquí a 2020. Otros de este grupo en las Américas incluyen Belice, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, México y Suriname, donde cada año solo se producen unos cientos de casos.

Paralelamente, otras dos organizaciones —el Banco Interamericano de Desarrollo y la Fundación Bill y Melinda Gates— están desarrollando un plan más ambicioso, que consiste en eliminar la enfermedad de centroamérica, el sur de México y República Dominicana para esa fecha. Aunque esta meta parecía bien encaminada durante los primeros lustros de este siglo, con importantes reducciones de casos y muertes, en los últimos dos años la enfermedad ha repuntado. En su último informe, la OMS advirtió de que sin más fondos, los progresos logrados podrían revertirse. Y esta última milla en los países que están a punto de lograrla no se recorrerá sin un mayor esfuerzo en los próximos dos años.

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