Ciudad de México.- Este miércoles 29 de enero, el presidente de Estados Unidos firmó una nueva Orden Ejecutiva para que las instalaciones de la base militar de Guantánamo en Cuba sean utilizadas para llevar a migrantes, que el republicano ha calificado de “ilegales”.
En el decreto publicado por la Casa Blanca, ordenó al Secretario de Defensa y al Secretario de Seguridad Nacional que tomen todas las medidas apropiadas para ampliar el Centro de Operaciones Migratorias en la Estación Naval de la Bahía de Guantánamo a su máxima capacidad.
Para proporcionar espacio de detención adicional para extranjeros criminales de alta prioridad que se encuentran ilegalmente en los Estados Unidos
Además, indicó que el memorando se emite para “detener la invasión fronteriza, desmantelar los cárteles criminales y restaurar la soberanía nacional”.
Este mediodía, durante la firma de la ley migratoria llamada “Laken Riley”, anunció que firmaría un decreto para que se prepare la base de Guantánamo para migrantes detenidos.
En la firma de la ley “Laken Riley”, la primera que firma en sus 9 días de Gobierno, y que permite la detención y deportación de migrantes acusados de delitos menores, Trump dijo que en Estados Unidos hay “criminales extranjeros ilegales”, y que son “tan malos” que no confía en que los detengan en sus países de origen, por lo que serán enviados a Guantánamo para evitar que intenten regresar a la Unión Americana.
30 mil camas en Guantánamo para detener a los peores criminales extranjeros ilegales
En dicha base, el Gobierno de Estados Unidos autorizó el uso de “técnicas de interrogatorio reforzadas”, según denunció la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) en un informe, como:
De acuerdo con este este informe, Estados Unidos creó un régimen de captura exclusivamente dirigido para detener y juzgar a hombres musulmanes extranjeros, lo cual genera la apariencia de estar dirigido a ciertas personas en razón de su nacionalidad, etnia y religión.
En un mensaje publicado en X, el presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, calificó la medida como “un acto de brutalidad”.