El representante del Consejo de DDHH de la ONU para Sudán, Aristide Nononsi, ha condenado este viernes el exceso de fuerza aplicado por la Policía sudanesa durante las últimas manifestaciones contra la junta militar al frente del país y en las que murieron seis personas presuntamente por disparos de las fuerzas de seguridad.
Según las informaciones que maneja Naciones Unidas, un grupo de hombres armados, identificados posteriormente como uniformados de las Fuerzas de Intervención Rápida, dispararon con munición real a la multitud concentrada el 13 mayo en la capital, Jartum, para impedir que la retirada de las barricadas en el camino a la sede del Ejército. Fallecieron cinco civiles y un oficial del Ejército.
La violencia desencadenada por el incidente suspendió las conversaciones que estaba llevando a cabo el Consejo Militar de Transición y la organización opositora conocida como la Declaración de las Fuerzas de la Libertad y el Cambio.
El Consejo culpó de los disturbios a grupos que intentan “sabotear el progreso de las negociaciones” y advirtió de que, aunque las fuerzas de seguridad, “no dispararán contra los hermanos manifestantes”, no se permitirá el “caos”.
La junta había anunciado a primera hora de este miércoles un acuerdo con la DFLC para un periodo de transición de tres años. La oposición controlará además el 67 por ciento de los escaños del consejo legislativo.
