Mundo.- La fiebre de Oropouche, una infección viral transmitida por insectos, ha sido recientemente clasificada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como de “alto riesgo a nivel regional” en las Américas, debido a su rápida propagación. Este virus, conocido principalmente por ser transmitido a través de la picadura del Culicoides paraensis – un insecto comúnmente denominado jején-, ha comenzado a mostrar una nueva y preocupante forma de transmisión: la vía vertical, de madre a hijo durante la gestación.
Un avance clave en la comprensión del virus
En un importante estudio publicado en la revista New England Journal of Medicine (NEJM), investigadores brasileños confirmaron el primer caso documentado de transmisión vertical del virus de Oropouche. El estudio fue realizado por un equipo de 23 expertos de ocho instituciones brasileñas, lo que representa un hito en la investigación de esta enfermedad. La confirmación de esta nueva forma de transmisión ha generado alarma entre las autoridades sanitarias, pues implica que las mujeres embarazadas podrían estar en riesgo al estar expuestas al virus, incluso sin haber sido picadas por el insecto transmisor.
La doctora Silvia González Ayala, presidenta de la Sociedad Argentina de Infectología Pediátrica, advirtió a medios que la confirmación de la transmisión vertical del virus obliga a tomar precauciones adicionales.
“Es necesario alertar a las mujeres embarazadas, especialmente aquellas que se encuentren en zonas con brotes de fiebre Oropouche, ya que podrían estar expuestas a este riesgo. En países como Argentina, también podrían registrarse brotes debido a la presencia del insecto transmisor, el jején”, señaló la especialista.
El origen y expansión del virus
El virus de Oropouche fue identificado por primera vez en 1955, cuando se registró un caso en un trabajador de carbón con fiebre alta en la isla de Trinidad, en el Caribe. Desde entonces, ha causado brotes esporádicos en Sudamérica y el Caribe, pero en 2024, la situación cambió drásticamente. El virus se ha extendido a nuevas regiones de Brasil, en áreas previamente no endémicas, debido a la aparición de nuevas variantes genéticas del patógeno. La rapidez con que se están registrando infecciones en todo el país ha alarmado a las autoridades sanitarias, quienes observan con preocupación la evolución de la enfermedad.
Medidas de prevención recomendadas
Ante el aumento de los brotes epidémicos, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) ha emitido una serie de recomendaciones para contener la propagación del virus. Entre las medidas más destacadas se incluyen:
Un virus en expansión
La fiebre de Oropouche es un claro recordatorio de cómo las enfermedades transmitidas por insectos pueden expandirse rápidamente, afectando tanto a la salud pública como a las poblaciones vulnerables. Con la aparición de nuevas formas de transmisión, como la vertical, las autoridades sanitarias deben redoblar esfuerzos para contener el avance de este virus y proteger a las comunidades de su impacto.
La detección temprana, el control de los vectores y las medidas de prevención son fundamentales para mitigar el riesgo y reducir la propagación del virus. Las autoridades de salud en América Latina deben seguir de cerca la evolución de la fiebre de Oropouche, un patógeno que, por su rápida expansión, podría convertirse en una amenaza mayor para la región en los próximos años.